Doña María hace las cosas de la casa, vive pendiente de su familia, en los ratos libres mira muchas telenovelas y no entiende de boxeo, ni le interesa.
Foto Boxeohoy.blogspot
Sin embargo, sabe –por “la tele”, justamente- que hay dos boxeadoras que, igual que podría ocurrir con dos muchachas del barrio, “no se tragan” entre ellas.
Entonces, claro: Doña María no está pendiente de ver si las dos coinciden un día en almacén de la esquina, o si se cruzan en la acera de enfrente, pero le gustaría estar atrás de la ventana, e incluso agarrar la escoba para –con el pretexto de salir a barrer la vereda- no perderse el momento que se agarren de los pelos y, tal vez, con furia muy femenina, se revuelquen por el suelo.
Por eso, entonces, es que este sábado 21 de octubre llega la pelea que Doña María estaba esperando hace tiempo: después de varios años en los que ambas se entrecruzaron desafíos y alusiones muy directas, Christian Namús peleará con Katia Alvariño en el Palacio Cr. Gastón Güelfi, en un combate donde la primera defenderá el título de campeona mundial de peso superwelter de la Federación Internacional de Boxeo.
Doña María, pues, se restriega las manos; porque, además de la inocultable bronca que hay entre las protagonistas, hay mucho en juego; tanto como que, por ejemplo, Namús conquistó la corona el pasado 12 de agosto cuando le ganó por puntos en fallo unánime a la argentina Yamila Reinoso y, obvio, no quiere perderla tan pronto, y menos ante la boxeadora nacida en Juan Lacaze, con la que la separa una rivalidad como no tuvo con ninguna de las 27 adversarias a las que enfrentó –ganándole a 23 y perdiendo con sólo 4 de ellas- desde que se hizo profesional en agosto de 2007.
Más allá de lo que Doña María espera, porque además Teledoce se la llevará a la pantalla de su televisor en directo, hay aspectos intrínsecos al boxeo que hacen que el choque entre “Chris” y “La leona” despierte interés no sólo por esa “pica” que hay entre ambas y que, no hay duda, le pone color y calor al duelo.
Es que entre una y otra boxeadora hay notorias diferencias, casi todas a favor de Namús, empezando por sus récords: “Chris” perdió el invicto con la colombiana Lely Luz Florez y, desde aquel ya lejano 8 de agosto de 2009, sólo cayó derrotada por puntos y frente a campeonas del mundo en el extranjero: dos veces ante la argentina Fernanda Soledad “La camionera” Alegre y una con la fenomenal colombo noruega Cecilia Braekhus; en cambio, con una foja de sólo 12 peleas, la lacacina ha ganado y perdido con rivales que en la mayoría de los casos eran de segundo orden, con la única excepción de la fantástica costarricense Hanna Gabriel, que –en el último combate realizado por “La leona”, justamente- le ganó por KOT en el tercer round de un compromiso celebrado en Venezuela.
No es todo, Namús tiene un estilo más depurado u ortodoxo que Alvariño y, si “la buscan” es tan aguerrida como su próxima rival; y, por si fuera poco, tiene a su favor una ventaja inmensa: peleó dos veces en 2017 y este sábado habrán transcurrido 71 días de su último combate; “La leona”, en cambio, hace 490 días que no pelea.
¿Dónde radica la incertidumbre por el resultado, entonces? En que, por lo general, las rivales de Namús, han sido de menor estatura, y en esta ocasión se enfrentará a “la novedad” de tener que lidiar con una adversaria potente, dura, maciza, guapa, y más alta que ella: “Chris” mide 1,74 y la coloniense 1,80.
Asimismo, Namús ha admitido más de una vez que detrás del atributo de su entereza esconde un defecto: ante rivales menos dotadas técnicamente que le proponen pelear al “palo y palo”, va, se prende y arriesga; y eso es lo que le va a proponer Alvariño, con un agregado importante: por su mayor envergadura física, aún dando en la balanza los 69,853 kilos que fija el límite de la categoría superwelter, al día siguiente del pesaje “La leona” llegará a la pelea con un par de kilos de potencia por encima de ella.
Ahí, pues, es donde Doña María está pronta para salir a barrer la vereda y no perderse el momento en que coincidan en el almacén de la esquina las dos muchachas del barrio que “no se tragan” entre ellas y se miran de reojo desde hace tiempo.
Dicho de otra manera: Namús y Alvariño no se van a “agarrar de las mechas”, pero si la primera se deja llevar –y arrastrar- por su temperamento, la “polenta” y los mamporrazos desprolijos, pero muy potentes, de la segunda son capaces de estremecer su humanidad, y quizá hasta revolcar su flamante corona mundial, por el suelo.
Es por ese motivo, precisamente, que este sábado 21 de octubre Doña María hará las cosas de la casa, vivirá pendiente de su familia y, aunque no entiende de boxeo, ni le interesa, desde las 23:00 estará “clavada” ante la pantalla de “La Tele”, aunque no sea para ver una novela: “el 12” pasa la pelea que espera desde hace tiempo.
Los relatos serán de Martín Kesman y los comentarios de Edgardo Buggiano, en el marco de una velada en la cual los argentinos Luis Ernesto Rueda y Ruben Darío “Pata” López pelearán por el título sudamericano de peso superpluma; el uruguayo Eduardo Abreu defenderá ante el bonaerense Alexis Gabriel Martínez su invicto de cinco peleas; y Alberto Kesman recibirá un homenaje por sus 50 años de trayectoria periodística.
(Por Jorge Savia)