Más de 50.000 jóvenes deportistas federados cursan la educación media. El trabajo conjunto entre la Secretaría Nacional del Deporte y la Administración Nacional de Educación Pública posibilitó la creación de nuevos programas que permiten a este colectivo la continuidad de sus estudios y compatibilizar su vocación. Santiago Urrutia y Lola Moreira son dos de los deportistas incorporados a estos programas.
Los jóvenes deportistas que compiten en los niveles más exigentes acceden a la educación con formatos adaptados que les permitan continuar sus estudios, explicó la coordinadora del Área Deporte y Educación, Andrea Pesce. Este es el caso de Dolores Moreira o Santiago Urrutia.
Quienes se ausentan de las aulas por una beca deportiva o una competencia puntual se amparan en programas de tutoría elaborados entre el Consejo de Educación Secundaria y la Secretaría Nacional del Deporte. Los deportistas federados con dificultades comprobadas para compatibilizar el deporte con el estudio son contemplados a partir de resoluciones administrativas de los distintos desconcentrados. Las situaciones particulares se abordan conjuntamente entre la Secretaría Nacional del Deporte y el Consejo de Educación Secundaria o el Consejo de Educación Técnico Profesional, con estrategias de apoyo.
A ocho años de la creación del programa Gol al Futuro el balance es altamente positivo, aseguró su coordinador, Pablo Hernández. Más del 95 % de los adolescentes de las divisiones formativas del fútbol profesional de Uruguay está inserto en el sistema educativo, a diferencia de lo que sucedía en 2009, cuando más del 50 % estaba fuera del sistema.
En Gol al Futuro se desempeñan unos 50 profesionales, entre cardiólogos, psicólogos, podólogos, educadores y profesores de educación física. Actualmente, más de 4.000 los jóvenes forman parte de esta iniciativa, incluidos los equipos de fútbol femenino juvenil.
Ahora, el programa enfrenta un nuevo desafío: su inserción en el interior del país a través de los Centros de Desarrollo de la Organización de Fútbol del Interior (OFI) tanto para planteles femeninos como masculinos. Estos centros cuentan con infraestructura adecuada, cuerpos técnicos estables, materiales deportivos de calidad y la indumentaria deportiva para todos los jóvenes, entre otras prestaciones. “La idea es evitar el desarraigo de los jóvenes del interior, impidiendo que tempranamente emigren a la capital para buscar ese sueño de ser futbolistas profesionales”, resaltó.