El Monte de la Francesa fue testigo del pasaje de las primeras cinco murgas que buscan ahora su pase al Teatro de Verano
Fotografía Hatsue Motosugi
La noche comenzó con la actuación de Murga La Sexta, llegada desde el Liceo Bauzá, en un proyecto que lleva tres años, iniciado por los docentes Noel Abella y Daniel “Toto” Zieleniec, que empezó siendo para alumnos de sexto año pero que hoy nuclea de todos los grupos.
Escapar fue la temática elegida, “la gente vive al palo todo el día, por eso el tema es escapar, como escapar de la rutina” nos dijo Mauricio Álamo, quien se incorporó al grupo el año pasado, motivado por sus compañeros y sin saber nada de murga, como nos contó al bajar del escenario.
La segunda murga en subir fue La Guardia Vieja, murga conformada en su mayoría por integrantes de los grupos de carnaval de las promesas Los Pepinitos y La Zafada. El potente coro nos invitó a soñar con lo imposible “imaginá lo que quieras” dice la letra. Al bajar, y entre los abrazos de la familia, pudimos conversar con Maxi Perez, quien a pesar de su joven edad lleva muchos años de trayectoria en carnaval, sobre todo en Diablos Verdes, y que este año, sin la murga tejana, saldrá en La Trasnochada, “es la posibilidad de salir con tus amigos de muchos años y hacer lo que te gusta, quizás en un espacio que me costaba aún tener en el carnaval mayor” haciendo referencia a su rol de cupletero.
Entre una montaña de valijas llegó la tercera murga de la noche, La oveja negra, desde el Delta Patín club, donde ensayaron el último mes, pero también desde la Parroquina Sagrada Familia donde lo hicieron durante el resto del año. Romina Álvarez, parte del coro de la murga nos contó que lograron debutar este año después de un 2016 donde comenzaron a prepararse pero no lograron plasmar finalmente el espectáculo. “La cultura es la cascola para pegar la realidad” dice la letra y nos invita a viajar con ellos.
Por su parte, El Fuelle del Kürner, la cuarta murga en subir al Teatro de verano de Colón, nos llevó entre ruletas, amuletos y la buena suerte, en un intento grupal por armar un puzzle de 1000 piezas a sabiendas de que “si me miro en el espejo alguna pieza voy a encontrar”.
Conversando con Nicolás Estévez nos contó que la murga, que nació hace 7 años, pasó 5 sin salir, y fue el fallecimiento de uno de los integrantes el que los motivó a tomar la decisión de volver para homenajearlo, así que para Gocu dedicaron la actuación, los llegados desde el Centro Cultural Uganda.
La noche fue cerrada por MamáEstáPresa, quinto año para esta murga que llega desde el Comité Martín García del Frente Amplio. La abuela de Leandro nos llevó a recorrer un variado punteo de temas de actualidad, en el que la murga siente que “no encaja”. “Gracias al señor llegué y zafé, gracias al señor chofer” arranca diciendo en un recorrido cargado de mucho humor.
Después de muchos años de Murga joven en Las Duranas, la llegada al Monte de la Francesa permite seguir descentralizando la fiesta popular, pero además, hacer finanzas a la Asociación Civil que lleva adelante el Teatro de Verano de Colón, quienes manejan la cantina, en la que no se vende alcohol, pero se puede cenar a precios muy accesibles.