Una tras otra, las murgas que pasaron en la cuarta noche del Encuentro de Murga Joven nos obligaron en sus discursos a repensar como vemos el mundo.
Fotografía Yohana Parodi
Con humor y alegría los jóvenes no miran para el costado.
La Milanga Nacional llegó con un discurso que pone en juicio al mismo discurso, “Trajeron dudas como para dudar que las certezas fueran a dudar” cantan, luego de pasear en un informativo de noticias quebradas donde queda claro cuán quebrado está el mundo entre conflictos que nos obligan a ubicarnos en un bando u otro.
Después llegó Bancate la pelusa, que casi como su nombre llegó con un mensaje que buscó incomodar con preguntas que son necesarias y hasta tomando en tono burlón la calidad de Encuentro y no de concurso de Murga Joven en el que ya se acostumbraron a no pasar a la rueda del Teatro de Verano. La despedida la dedicaron a “la chispa mágica”, como llaman a quienes siempre los acompañan. “Para que la máquina funcione necesitamos chispazos que nos hagan andar”.
Llegó luego la hora de jugar de la mano de “A la bartola” en su cuarto carnaval. Entre juegos clásicos y modernos, analizaron el rol que tiene lo lúdico en la socialización de los niños, con un destacado vestuario lleno de detalles.
“Jugar nos hace crecer, jugar nos hace aprender” fue la reflexión.
Porque un poco de revolución no le hace mal a nadie, desde el Club Rentistas llegó Efekto Banana tras 5 años sin participar del Encuentro.
Con pasajes muy divertidos en los que fueron capaces incluso de dedicar un cuplé al doble tic azul de whatsapp más conocido como “visto”.
Y en este revolucionario regreso cerraron con un “cambiar por cambiar no es hacer revolución”.
La noche la cerró “De la galera” que pasó durante los ensayos hasta por la casa de Pitu. De la nada a la gloria en un mundo irreal como es el del carnaval.
Con un discurso inclusivo, cerraron su actuación con dos murguistas interpretando la retirada en lenguaje de señas construyendo así “un lugar donde todos seamos uno”.