Cuando países vecinos entraron en recesión, “Uruguay mantuvo su crecimiento”, resaltó Vázquez ante el auditorio que llenó el Hotel Presidente, de la capital mexicana. Recordó que entre 2007 y este año, la economía nacional se expandió a una tasa promedio anual de 4,1 % y que, en 2016, en un contexto regional recesivo, volvió a crecer 1,5 %.
Las palabras de Vázquez enfatizaron que el incremento de la economía fue acompañado con distribución de la riqueza. Uruguay cuenta con el mayor ingreso por persona anual en América Latina, 17.000 dólares, y el objetivo es llegar a 20.000 al finalizar el período. Además, el país ostenta un índice de Gini —estadística que calcula la equidad de una sociedad en progresión de 0 a 1— de 0,35, el mejor guarismo del continente.
Para este año se proyecta un crecimiento del producto uruguayo del orden de 3,2 %, “con alguna perspectiva de crecer aún más que esto según analistas económicos”, añadió.
El mandatario aseguró, además, que el país se convirtió en un destino atractivo para las inversiones extranjeras, que representaron en la última década en promedio 5,3 % del producto interno bruto. Esto no era lo habitual, abundó. “Hasta fines de siglo pasado, Uruguay estaba en el contexto de los países latinoamericanos en el penúltimo lugar en recepción de inversiones extranjeras directas, solo antes que Haití», recordó.
En cambio, Uruguay hoy es el segundo país sudamericano en recepción de inversiones extranjeras directas, “lo cual quiere decir que ha ido ganando confianza a nivel internacional”, interpretó. Los principales países de los que se reciben capitales son Argentina, con 27,5 %, Finlandia con 9%, Brasil con 7 % y España con 6 %.
Según Vázquez, esas inversiones llegan para generar trabajo decente y bien remunerado, lo cual consideró como “la mejor política social que se puede llevar adelante”.