El funcionario policial, que estaba asignado a la Unidad de Respuesta de la Policía de Montevideo, se quitó la vida efectuándose dos disparos con su arma de reglamento delante de su pareja y su pequeño hijo.

El agente había concurrido el mediodía del jueves al Hospital Policial manifestándose desesperado por los problemas familiares y económicos que lo aquejaban. La doctora que lo atendió le dio pase para un psicólogo, pero el turno sería para dentro de un mes. Además, no se le retiró el arma reglamentaria, lo que causó sorpresa y malestar en el Sindicato Policial, segín consigna Telemundo.

“Estamos tratando de esclarecer un poco eso, para que se nos cuente exactamente lo que sucedió y pidiéndole al Ministerio que meta cabeza en esto porque no es el primer caso. Nos falta información, ahora que esto es recurrente… en sanidad policial, vas a encontrar policías completamente desbordados”, explicó el abogado del Sindicato Policial Washington Abdala.

“Está fallando en términos generales toda la parte de contención psicológica, de estrés. Es muy poquito lo que se hace, esa es la verdad”, agregó.

Según Abdala, si bien a veces no es posible prever un suicidio, sí se puede observar un cuadro clínico de una persona que está estresada y deprimida y actuar en consecuencia con tiempo más dinámicos de los que hoy ofrece sanidad policial.