En la columna de Fuentes Confiables «El Sentido de lo Cotidiano» del Lic. Richard Danta se habló de «La Reina del Mar»: Iemanjá ya dejó de ser solamente una deidad del culto afroumbandista para transformarse en una figura de la cultura popular. ¿Cuáles son las claves semióticas que explican este arraigo en una sociedad tan aparentemente escéptica como la uruguaya?

Más allá de la creencia religiosa, es un fenómeno, un momento cultural, es un estado festivo, ceremonial. Es necesario pensar en la figura Iemanjá, es también la figura del principio femenino. El eco cultural, antropológico: la experiencia que tenemos marca la sensibilidad y percepción que tenemos sobre el mundo. No responde exactamente necesariamente a la experiencia, sino que está en la matriz, en la cultura, lo vamos a aprendiendo a lo largo de nuestra vida porque tenemos una experiencia ineludible que hace que lo creador surja desde la figura femenina.

Siempre aparece en las grandes religiones una figura femenina central. Con la colonia en las culturas de africanas aparece un sincretismo con la religión y su simbología cristiana y aparece Iemanjá asociada a la Virgen María. Las fechas de celebración de los dioses africanos se colocaron en las mismas fechas de los dioses cristianos.

El sincretismo en parte fue forzado por la colonia y por otra parte fue una forma de respuesta, de supervivencia de los esclavos. Allí aparecen ciertas figuras que tienen un eco en todo sistema de creencia. Una madre, que sale del mar (origen de la vida), así como Iemanjá es la diosa del mar, Afrodita también lo fue.

Cuando se realizan las ofrendas, son todos objetos asociados a lo femenino porque Iemanjá así como es la madre, también está lo pasional, a través de la energía con el entorno, ese fervor, ese sentimiento de pertenencia tiene que ver con las pasiones humanas. Lo que brinda la ceremonia es una vinculación más indirecta pero también es un reconocimiento de ese principio femenino.

El pensamiento mágico es cuando no hay una evidencia, ni estructura que sustente esas ideas, funciona como práctica y actúo en consecuencia. El pensamiento intuitivo necesita símbolos, figuras, para algunas personas Iemanjá representa una figura religiosa mientras que para otras, funciona solicitando ofrendas, sin saber cómo funciona, eso es una práctica de pensamiento mitológico, mágico, es un acto de fe, pero no religiosa, implica que la figura tiene cierta credibilidad.

Iemanjá se transforma en una celebración social y además turístico, pasa a ser una característica de la sociedad uruguaya y práctica cultural. Esta figura trasciende la identificación y es reconocida.

Imagen: Intendencia de Montevideo