Las actuaciones de Integración, Madame Gótica, Bergoglios y Los Saltimbanquis conformaron la segunda etapa de la segunda rueda del concurso oficial de carnaval.
Foto: Yohana Parodi
La noche la abrió la comparsa Integración con su «Vale la pena candombear», en un segundo pasaje que aprovechó para pulir algunos detalles en determinados bloques de la actuación que se pudieron corregir para esta segunda rueda, que se conoce como la de ajustes, dado que generalmente los conjuntos llegan a la primera pasada por el Teatro de Verano con pocos escenarios para hacer rodar el espectáculo y tiene la oportunidad de generar más presentaciones en los barrios para llegar mejor a su segunda pasada en el concurso.
La comparsa de Héctor Suárez redondeó dos pasajes con mejoras notorias en cuanto al rendimiento vocal de sus solistas y del coro, así como su banda de músicos que ejecutan a la excelencia los distintos temas a lo largo del espectáculo, algo que ayuda al texto e interpretación.
En segundo turno subió la revista Madame Gótica que logró mostrar un espectáculo más dinámico y bien llevado, fruto del rodaje que adquirió en los tablados. Los solistas funcionaron excelentemente mostrando un gran avance con respecto a la primera rueda, muy bien acompañados por el grupo de músicos y, en cuanto a lo coreográfico, el cuerpo de baile ejecutó de buena manera los distintos ritmos que presentaron.
En la parte actoral, los distintos bloques son muy bien desarrollados por Graciela Villar acompañada de Nilo Zakarián, en cuadros con excelentes textos que permiten disfrutar de una dinámica actuación que forma un conjunto homogéneo con los distintos temas musicales y redondearon una muy buena segunda pasada, superando a la primera que ya había tenido muy buen resultado.
El penúltimo conjunto en subir fue humoristas Bergoglios, que pudo cumplir su principal objetivo de lograr una segunda pasada mucho más dinámica y lograda en cuanto al rendimiento que tuvieron las humoradas en comparación con la primera rueda. Si bien el espectáculo tiene algunos altibajos en cuanto al planteo textual, en este pasaje de ajuste, el conjunto de Claudio Ramos se mostró más firme en los distintos bloques, algo que es producto del rodaje natural del transcurso del carnaval que les permitió corregir algunos detalles para redondear una mejor actuación, aunque sin conseguir una buena respuesta desde la platea, algo esencial para la categoría de los humoristas.
Con respecto a la repercusión que había generado la primera pasada en cuanto a las participaciones de Ro Sosa, el mismo director responsable del conjunto se encargó de aclarar antes de la despedida que él «es un trabajador de la construcción» y no se considera mediático como para responder a las críticas que había recibido. Al final, ponderó todo el trabajo realizado y la inclusión que pregonan sin discriminar por condición u orientación sexual y afirmó que, «si eso es ser homofóbico, entonces Los Bergoglios son homofóbicos».
El cierre de la noche estuvo a cargo de la murga Los Saltimbanquis que, luego de haberse sacado las ganas de pisar el Teatro de Verano en la primera rueda luego de 20 años, volvieron a derrochar todo el talento de la selección de murguistas que tiene, además de una propuesta estética integral de altísima calidad desde el vestuario, hasta la escenografía pasando por el maquillaje de Rosario Vignoli.
En cuanto a los ajustes dentro del espectáculo, la murga cambió el orden de algunos bloques como por ejemplo el salpicón que lo cantó luego de la canción presentación como para arrancar criticando fuerte fiel a su estilo. Con mucho oficio, característico de la experiencia de sus componentes, cortaron algunas partes que no habían surtido efecto en el primer pasaje por el Collazo. En definitiva, la murga de la Unión completó dos ruedas bastante parejas y con la meta cumplida de haber cubierto todos los rubros con mucha calidad, lo que le asegura una tercera presencia en el concurso.