Se avecinan semanas gélidas en Europa. Una ola de extraordinario frío se acerca al corazón del viejo continente proveniente, cómo no, de las estepas siberianas. Los medios de comunicación y los meterólogos ya la han bautizado como «la bestia del este», y se complementa a la perfección con la ola que arrasó de nieve y hielo la mayor parte de continente a mediados de enero.

Entre las dos configuran un inicio de 2018 fuera de lo común y, por temperaturas y fotografías, extraordinario. Europa no vivía circunstancias semejantes desde hacía más de un lustro. Tan rara es la dirección del tiempo continental que Roma ha amanecido hoy calada hasta los huesos de nieve. El Coliseo, el Foro Romano y El Vaticano están cubiertos por un espeso manto blanco, tan extraño como místico en la capital mediterránea, habitualmente soleada y templada.

De modo que si Roma luce de esta guisa, cabe preguntarse qué será de los pobres habitantes del riguroso interior continental. Al norte de los Pirineos el mapa meterológico de esta semana luce horrendo: suerte correrán los países que disfruten de temperaturas por encima de los -1º C. Desde Moscú hasta París el registro de temperaturas caerá entre -20º C y -10º C por debajo de lo habitual, un desplome que augura repuntes en el consumo de energía y, mucha, mucha nieve.

El mejor modo de entenderlo es acudiendo a las imágenes. Así que aquí dejamos una breve recopilación de gráficas, mapas y fotografías de las últimas semanas/meses en Europa para apreciar la magnitud de la ola de frío. Un invierno de extraordinaria crudeza y severidad en todo el viejo continente que, sin embargo, coincide con el repunte de las temperaturas globales año a año en todo el planeta. Prueba, quizá, de la dirección extrema hacia la que se conduce la Tierra.