La cuarta noche de la rueda final del carnaval tuvo como protagonistas a Cayó la Cabra, Tronar de Tambores, Los Saltimbanquis y Momosapiens en el Teatro de Verano repleto de gente.

Foto: Yohana Parodi

El escuadrón rebelde de Cayó la Cabra arribó con sus aventuras una vez más al Ramón Collazo para hacer las delicias de todos los presentes con su mejor función de las tres que presentó en el concurso. Al igual que en las ocasiones anteriores, el espectáculo rindió de principio a fin basándose en un gran libreto al que se le saca el mejor provecho y se lo comunica de manera excelente, acompañado de una tremenda batería de mechas y chistes que aplicó la murga una vez más con mucha calidad aprovechando los trascendidos que se conocieron en estos días sobre algunas diferencias del conjunto con la empresa que televisa el concurso.

Sin lugar a dudas, las cabras redondearon un espectacular año mostrando sobre el escenario un planteo cargado de humor eficaz, crítica irónica, y también de poesía que redunda en un altísimo nivel, donde se presenta como la única murga que le da especial atención al tema que tuvo en vilo a toda la población el pasado año, como lo fue el conflicto de los futbolistas con la mutual, para posicionarse dentro de las más fuertes de la categoría con todas las armas necesarias para pelear por el título.

El segundo turno de la noche fue para Tronar de Tambores que esta vez no logró alcanzar el nivel desplegado en las ruedas anteriores y no aprovechó la oportunidad que tenía para perfilarse en el embalaje final de una categoría muy competitiva de este carnaval.

Algunos problemas de sonido que se presentaron en los primeros minutos de la actuación impidieron la correcta comunicación y generaron gran dificultad a la hora de seguir el hilo. El espectáculo, si bien repasa y trabaja sobre todos los rubros, se ubica disminuido en comparación con el resto de las comparsas que luchan por el trofeo.

A tercera hora le llegó el turno a Los Saltimbanquis, que volvió a cantar con toda la fuerza y la calidad de uno de los mejores coros (si no el mejor) del Carnaval 2018, y en esta última pasada echó el resto para lograr su mejor versión que rindió de principio a fin en los distintos bloques y tuvo su punto más alto en el cuplé/homenaje que se le hace al cupletero de antes con toda la platea de pie ovacionando a los viejos murguistas que se hicieron presentes para ver a su murga con los ojos llenos de lágrimas a punto de romper en llanto.

Lo que transmitió el conjunto durante los 45 minutos, pero sobre todo al cantar esa hermosa despedida, fue impresionantemente emotivo y eso es algo que va más allá de cualquier aspecto técnico del que se pueda hablar; es una sensación que hay que vivirla y dejar que la energía que baja del escenario te pegue de lleno en el medio del pecho para poder entenderla.

El cierre de la noche estuvo a cargo de parodistas Momosapiens que volvieron a mejorar sensiblemente en cuanto a la efectividad de un espectáculo que fue de menor a mayor a lo largo del concurso con una de las mejores parodias del año: «La sociedad de los poetas muertos», concebida y desarrollada de manera excelente y con un rendimiento altísimo en esta última pasada.

La propuesta del conjunto de Horacio Rubino, que no desentona dentro de las que tiene la categoría de mayor nivel de este carnaval, a pesar de que, hilando muy fino, se pueden detectar algunas falencias en los rubros en comparación con el resto de las agrupaciones, teniendo en cuenta que seguramente la definición será extremadamente ajustada entre todos los que componen la Liguilla.

Esta noche se llevará a cabo la quinta y penúltima etapa en el Teatro de Verano con las actuaciones de murga La Clave, humoristas Sociedad Anónima, murga Doña Bastarda y parodistas Los Muchachos.