La selección partirá desde Montevideo hacia Rusia para participar en la Copa del Mundo de 2018 en una fecha muy significativa, por la relevancia histórica que tiene para el fútbol uruguayo: el próximo 9 de junio, justo cuando se cumplirán 94 años de la primera gran conquista de “la Celeste” a nivel mundial, en los Juegos Olímpicos de París en 1924.

Aquel día, Uruguay le ganó la final de fútbol a Suiza por 3 a 0 en el estadio de Colombes -por entonces localidad cercana a París, hoy convertida en uno de los suburbios de la capital de Francia- con goles anotados por Pedro Petrone, Pedro Cea y Ángel Romano.

La gesta abrió las puertas de la gloria para el trazado de un camino triunfal que luego tendría un segundo mojón en los Juegos Olímpicos de 1928 en Amsterdam, el tercero en el primer Mundial de fútbol –ya organizado por la FIFA- jugado en 1930 en Montevideo, y el cuarto en Río de Janeiro, donde los celestes ganaron el Mundial de 1950 disputado en Brasil, tras vencer en la final nada más ni nada menos que al dueño de casa.

A partir de aquella victoria celeste de Colombes, el significado simbólico del 9 de junio adquirió una dimensión que incluso ha trascendido mucho más allá de la rica historia del fútbol uruguayo, al extremo de que en 1941 la Confederación Sudamericana de Fútbol (hoy Conmebol) decidió que de ahí en adelante esa fecha fuera considerada en forma oficial “El Día del Fútbol Sudamericano”, pues fue la primera consagración a nivel mundial obtenida por una selección del continente.

Lógicamente, la decisión de viajar hacia Rusia ese día, que fue resuelta en las últimas horas en forma conjunta por los integrantes del cuerpo técnico de la selección encabezado por Óscar Washington Tabárez y el gerente deportivo de la AUF, Dr. Eduardo Belza, no responde al legendario significado que tiene la fecha para el fútbol uruguayo; pero tampoco es casual, ni un mero producto de las circunstancias.

Una disposición de FIFA establece a modo obligatorio que los participantes de los mundiales deben llegar al país organizador como mínimo cinco días antes de su debut; y, como el de Uruguay se registrará el viernes 15 de junio frente a Egipto en Ekaterimburgo, la selección celeste partirá el 9 desde Carrasco para estar el 10 en la citada ciudad rusa.

Además, ese ha sido el método logístico utilizado por Tabárez en la preparación de Uruguay para los dos últimos mundiales: el plantel tuvo un período de dos o tres semanas de entrenamiento en el Complejo Celeste –al principio combinado con medias jornadas de descanso para los jugadores que se incorporan a la selección tras las duras exigencias de la temporada del fútbol europeo- y luego llegó a Sudáfrica y Brasil en el límite del plazo impuesto por FIFA.

En esta oportunidad el comienzo de la preparación de los celestes está previsto para el lunes 21 de mayo, pues el fin de semana anterior estarán finalizando los campeonatos de las grandes ligas de Europa: España, Italia y Francia.

La selección viajará hacia Rusia en un vuelo charter cuyo destino será la ciudad de Nizhny Nodgorov, situada 450 kilómetros al sur de Moscú, donde se encuentra el Sports Centre Borsky, que es el lugar donde concentrarán los celestes durante el desarrollo de la primera y –eventualmente- segunda fase del Mundial.

Tal vez en esta ocasión puede haber una variante sobre el plan seguido antes de la partida para Sudáfrica y Brasil, cuando la selección viajó hacia el país donde se disputó el Mundial en horas de la tarde, tras haber realizado un último entrenamiento en el “Complejo Celeste” por la mañana.

En este caso, como el avión que cumplirá el servicio charter en el que viajará la selección tiene autonomía de vuelo suficiente para unir Montevideo con Nizhni Nodgorov sin hacer escalas, es posible que la partida desde Carrasco se haga en la noche del sábado 9 de junio, pues teniendo en cuenta las 6 horas de diferencia entre el huso horario de Uruguay y Rusia, de esa forma la delegación llegaría a destino al entrar la noche del 10 en dicho país, directo para cenar y luego ir al descanso.

Luego, ya en la tarde del miércoles 13 de junio, tras haber entrenado por la mañana, la selección partirá con destino a Ekaterimburgo, donde el viernes 15 debutará en el Mundial enfrentando a Egipto, porque la FIFA también exige que los equipos deben estar en la ciudad donde jueguen sus partidos al menos 24 horas antes.

Aunque ninguna de esas fechas encierra un significado siquiera parecido al que tiene la elegida para la partida desde Carrasco: 9 de junio de 2018, cuando se cumplen 94 años de la hazaña precursora de 1924, y justo cuando la que levantará vuelo ese día será una selección que, con figuras individuales de la jerarquía internacional de Suárez y Cavani en el ataque, y Muslera, Giménez y Godín en la defensa, más el aporte de jóvenes como Vecino, Bentancur y Valverde, que le dan al equipo un perfil de juego renovado en el mediocampo, quizá viaje hacia el Mundial alentando entre los uruguayos una expectativa y una esperanza como las que ninguna otra despertó desde que partió la que jugó el de Alemania 74.

 

(Por Jorge Savia)