Giuliana Perdomo para Fuentes Confiables recorrió la Criolla del Prado. La agenda de espectáculos, los precios de las entradas, los comercios presentes y el manejo de las tropillas.
Los comerciantes manifestaron una baja en las ventas. Algunos de ellos hace 20 años que asisten. El costo del local ronda los $ 2500 dentro de los galpones, mientras que instalarlo fuera de los mismos puede alcanzar los $ 30.000. La baja en las ventas la adjudican a los valores de las entradas que han subido mucho. Cada vez es menos rentable, según manifiestan.
La actividad de las jineteadas fue analizada por Dalton Delgado, organizador del evento y capataz de la tarea.
Delgado explicó que el trabajo es de todo el año para preparar la labor. Un mes y medio antes comienza la gestión de alojamiento y estacionamiento que no es fácil. Este año participan 24 tropillas con 14 caballos cada una que se eligen en el correr del año recorriendo fiestas en el interior. Lo mismo sucede con los jinetes. El hospedaje era antes en un pabellón de la Asociación rural. Más tarde fue en instalaciones de Wanderers. Este año también se agregó un Regimiento de Agraciada y Capurro con muy buenas instalaciones. En el espacio de la Guardia Republicana se estacionan más de 50 vehículos. Son en total 170 personas que se alojan allí, y que viejan con sus respectivas familias por lo que llegan a más de 400.
Trasladar una tropilla desde el interior puede alcanzar un costo de $ 70.000 que cuenta con importante aporte de la Intendencia de Montevideo. Los caballos se financian a ración durante más de un mes y se les prepara el agua de forma especial. Son especialmente cuidados y con una sanidad veterinaria muy específica. Son más de 400 caballos.
Delgado explicó que por primera vez se reunieron con los Animalistas que manifiestan y si bien reconoció el derecho a expresarse, explicó que les falta información. Las jineteadas en el interior han apoyado a Teletón, recaudan dinero para el comedor de las escuelas rurales, hay actividades que deben reconocerse. Los veterinarios han comprobado que en ests actividades es en la que menos sufre el caballo. Si bien reconoció que se modificaron las espuelas para ser más agresivas. «En las más de 2000 jineteadas del año pasado no hubo un solo caballo afectado ni muerto, la jineteada no es un riesgo como otros deportes ecuestres».
Aquí el informe completo con Aldo Silva: