La casa blanca sufrió para rescatar un empate a dos ante Bayern Múnich, resultado que le permitió clasificar al último encuentro de la Champions League.
Pulsaciones elevadas y tensión multiplicada por mil. El Santiago Bernabéu recibió otra noche de Champions League y festejó una nueva clasificación, esta vez, a la gran final de Kiev. Real Madrid, vigente monarca europeo y mundial, abrió sus puertas a otro coloso continental, Bayern Múnich, quien lo hizo sufrir hasta el último suspiro.
La estrella del sur, quien había caído en el duelo de ida, sabía que debía hacer un partido impecable sobre tierras españolas y, además, era consiente de las carencias defensivas del oponente. Así lo demostró Joshua Kimmich durante el tercer minuto de juego, quien burló la zaga merengue para colocar el 0-1 parcial.
El tirón de orejas pareció despertar al merengue y salió en busca del empate. No tardó en encontrarlo, porque Karim Benzema se anticipó con un cabezazo a espaldas de David Alaba por el sector derecho. El envío había sido de Marcelo, lateral que demuestra sus grandes atributos ofensivos pero que, en defensa, deja mucho para pensar.
La igualdad en uno hizo que el trámite se transformara en un ida y vuelta constante; sin embargo, los bávaros tuvieron las chances más claras de marcar. Precisamente, antes del descanso, la polémica volvió a decir presente en el coliseo de Chamartín. Una mano clara de Marcelo dentro del área madrileña, no fue percibida por ninguno de los árbitros, decisión que los jugadores bávaros cuestionaron de forma fervorosa.
El segundo tiempo arrancó con una sorpresa que dejó atónitos a todos los espectadores. La presión madrileña en busca del triunfo, tuvo sus frutos al cosechar un error grosero entre Corentin Tolisso y el guardameta Sven Ulreich, durante los primeros segundos del complemento. La cesión del balón terminó en los pies de Benzema, quien no dudó al introducir el balón dentro de la valla bávara para el 2-1 momentáneo.
La cuenta pudo haber aumentado a favor de los madridistas, pero el latigazo de Cristiano Ronaldo tras un envío de Marcelo, terminó en la grada sur del Bernabéu. En ese instante, los muniqueses recobraron fuerzas y salieron en busca de una remontada que estuvo a centímetros de ser alcanzada.
Bayern Múnich comenzó a disminuir espacios adelantando sus líneas, hasta meter a todos los jugadores oponentes dentro de su territorio. De esta forma, logró inquietar en varias oportunidades al sector defensivo contrario. Durante esos instantes, el arquero Keylor Navas, cuestionado por la prensa sensacionalista, se transformó en el héroe del Madrid gracias a sus intervenciones monumentales, dignas de un guardameta de clase mundial.
A pesar de los esfuerzos del golero costarricense, James Rodríguez aprovechó la pasividad defensiva del oponente, como lo hizo Kimmich en la primera parte, y concretó el empate a dos. No lo gritó, su pasado merengue fue una condicionante y, cuando fue sustituido, la afición blanca envolvió a todo el Bernabéu en un aplauso eterno, como muestra de agradecimiento por sus tres temporadas defendiendo la elástica blanca.
La igualdad bávara produjo un estado de psicosis en los orientados por Zinedine Zidane, quienes solo recurrían a la velocidad de Gareth Bale y Ronaldo. El ingreso de Casemiro por Mateo Kovacic, tuvo la intención de soportar la tempestad en la mitad de cancha; no obstante, no fue suficiente para impedir el sufrimiento. Lo tuvo Mats Hummels con un testaso que pasó rozando el vertical izquierdo, al igual que Kimmich en la última jugada, quien no llegó a conectar el envío aéreo desde la banda izquierda.
Bayern Múnich mereció ese boleto a Kiev, porque a pesar del resultado adverso, logró lo que pocos equipos han podido hacer durante los últimos años: meter a todos las piezas de Real Madrid dentro de su campo, para que sean presas de sus propios nervios y cometan errores. Los bávaros vendieron cara su eliminación, porque las dimensiones de esta entidad germana son dignas de respetar y admirar.
Al escuchar el pitido final, todo el madridismo se unió en un rugido que sirvió como desahogo, señal de todo el sufrimiento que no solo padeció en este encuentro, sino durante toda la temporada, tanto en Liga como en Copa del Rey. Tras estos dos cotejos, Real Madrid está a 90 minutos de alzar su decimotercera corona europea y la tercera de forma consecutiva, una marca impensada si retrocedemos cinco años atrás, cuando las ideas radicalistas eran más poderosas que la razón.
CHAMPIONS LEAGUE – SEMIFINAL (VUELTA)
REAL MADRID 2 (4) – 2 (3) BAYERN MÚNICH
ESTADIO: Santiago Bernabéu (Madrid)
REAL MADRID: Keylor Navas; Lucas Vázquez, Raphael Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Toni Kroos, Luka Modric, Mateo Kovacic (73′ Casemiro), Marco Asensio (88′ Nacho Fernández); Karim Benzema (72′ Gareth Bale) y Cristiano Ronaldo. DT: Zinedine Zidane.
BAYERN MÚNICH: Sven Ulreich; Joshua Kimmich, Mats Hummels, Niklas Sule, David Alaba; Corentin Tolisso (74′ Sandro Wagner), Thiago Alcántara; Thomas Muller, James Rodríguez (84′ Javi Martínez), Franck Ribery y Robert Lewandowski. DT: Jupp Heynckes.
GOLES: 3′ Joshua Kimmich (B), 11′ Karim Benzema (RM), 46′ Karim Benzema (RM); 63′ James Rodríguez (BM).
(Por Aldo Mattos)