Luego de dos décadas llenas de éxitos los Spurs se desarman y el futuro es incierto, algo poco común para una franquicia acostumbrada a tener todo bajo control.  

Hace un año la calma reinaba por completo en San Antonio. La melancolía generada por el retiro de Duncan y las inminentes salidas de Parker y Ginobili se aplacaba con el futuro prometedor que aparecía en el horizonte. Los Spurs concretaban un proceso de renovación en el momento justo, fruto de la perfecta planificación de un maestro como Popovich. Kawhi Leonard era la estrella consolidada y líder del equipo, Alridge la segunda figura y el resto del puzzle se completaba con una mezcla de jugadores experientes(algunos con recorrido en el equipo como Mills y otros que se iban sumando como Gasol y Gay) y varios jóvenes de gran proyección como Anderson, Simmons, Murray,etc.

El plan recambio se estaba ejecutando a la perfección y los Spurs no se resentían a pesar de las salidas de sus jugadores más gloriosos. Si bien no eran aspirantes principales al titulo, se mantenían como una potencia en el oeste y era cuestión de retoques chicos en el plantel como para que volvieran a reubicarse en la cima de la NBA dentro de unos años.

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El amor que había se terminó y Leonard quiere irse de los Spurs. Foto: nba lakers blog

Sorprendentemente todo cambio en cuestión de meses y hoy los Spurs se encuentran en el peor momento de los últimos 20 años. El primer desencadenante fueron las idas y vueltas con Leonard tras su lesión: el tiempo terminó dejando en claro que la ruptura de relaciones entre el jugador y la franquicia no eran sólo rumores. Prácticamente no jugó la temporada pasada y ahora busca desesperadamente nuevo equipo: es sólo cuestión de días o semanas para que deje San Antonio. Todos los equipos se forman en base a una estrella y el proyecto Spurs que se diseñaba en función de Kawhi se ha terminado de derrumbar por cuestiones extra basquetbolisticas. El impacto de esta situación en el equipo fue notorio: los Spurs entraron raspando a playoffs con un séptimo puesto y fueron eliminados rápidamente por los Warriors, en resumen, la peor temporada en décadas.

Además de esto los jóvenes que venían ganándose su lugar en el equipo también han empezado a marcharse. El año pasado fue Simmons, que después de tener unos playoffs fantásticos dejó el equipo para terminar en Orlando Magic. En este periodo de pases ha sido el turno de Anderson (uno de los más regulares de la temporada pasada) que jugará en Memphis Grizzlies.

El último gran golpe fue la salida de Parker a los Charlotte Hornets, algo inesperado para toda la liga que siempre creyó que el francés se iba a retirar por la puerta grande en los Spurs. Más allá de que Parker ya no tiene gran influencia en el juego (apenas es un base de recambio), su ida deja en claro que la interna de San Antonio está muy complicada: un ídolo histórico al borde de su retiro no se va del equipo en el que ha hecho toda su carrera.

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Costará acostumbrarse a esta imagen. Tras 17 temporadas Parker abandona los Spurs para sumarse a los Hornets. Foto: @NBAonTNT

Con todo este panorama y los movimientos que se darán próximamente (además de Leonard, Gasol también tiene los días contados) el futuro parece totalmente incierto. Si bien hay una base de jugadores, no cuentan con una figura desnivelante y tendrán que construir una nueva identidad de juego. La buena noticia es que Manu Ginobili seguirá un año más, pero ya no se le puede pedir mucho más al pibe de 40(casi 41) y menos dentro de un clima tan inestable.

La realidad es que los Spurs en menos de un año pasaron de ser una franquicia modelo a ser un equipo del montón que tendrá que pelear mucho para poder acceder a playoffs.

 

(Por Joaquín Paladino – La Oral Deportiva)