La Cámara de Senadores aprobó por unanimidad la venia para que Alberto Graña asuma como nuevo presidente del Banco Central tras la salida de Mario Bergara.

El economista ya había ocupado la titularidad entre enero de 2014 y abril de 2015, bajo el gobierno de José «Pepe» Mujica.

La oposición criticó el pedido del gobierno porque entienden que no se midió de igual manera la salida de Bergara con la de los directores de la oposición en empresas públicas.

El senador Luis Lacalle Pou se pronunció y sostuvo que el presidente de la República Tabaré Vázquez tomó la desición de la peor manera ya que no dio la cara.

Desde el oficialismo, Mónica Xavier fue quien respondió en rechazo de las palabras de Lacalle Pou.

Sostuvo que desde el Frente Amplio nunca se dejó de dar participación, y agregó que «no se llenaron determinados lugares que por la situación electoral sin duda debían renunciar».

El senador oficialista Rafael Michelini también se expresó, afirmando que el Senado recibió quejas, llantos y lamentos ante los planteos del precandidato nacionalista, Lacalle Pou.

«Se nos hace una queja, supongo que después de haber agotado él mismo de haber llamado al presidente de la República. Supongo que habrá insistido antes de venir al Senado, con una queja, con un llanto, un lamento», indicó Michelini.

Por su parte, el senador nacionalista Luis Alberto Heber, reiteró la posición de Lacalle Pou, y señaló que el Vázquez actuó mal.

«Acá no se establecen los códigos que hemos tenido, o quizás el presidente de la república no quiere que haya contralor, no quiere más ojos en la administración», expresó.