El misionero derrotó a Aguada por 76 a 67 en un partido que lo tuvo siempre arriba en el marcador.

(Foto: Basquettotal)

El choque tuvo todos los condimentos que tienen que aparecer en un clásico entre los dos equipos más populares de la Liga Uruguaya de Básquetbol; juego intenso de dientes apretados que plasmaron sobre el piso del Palacio Peñarol el clima de fiesta que se vivía en las tribunas colmadas con público de ambas instituciones.

Incluso la humedad tuvo su protagonismo en diferentes momentos a lo largo de toda la noche, ya que varias veces los jugadores pidieron cambio de pelota por lo mojada que estaba, y se vieron muchos resbalones y caídas producto de la inestabilidad que surgía del suelo.

En lo que respecta al juego, la victoria misionera se sostuvo de principio a fin a base de sus figuras individuales y a un ordenado plan de juego elaborado a la perfección por el entrenador Gustavo “Colo” Reig que supo leer cada pasaje del encuentro y sacarle provecho para conseguir y mantener una ventaja que nunca pudo ser revertida por el equipo de Fernando Cabrera.

Jarred Shaw, con 26 puntos y 10 rebotes, se mostró intratable en la ofensiva y aprovechó su mano caliente para lastimar al aguatero desde cuarta distancia sin siquiera tener la necesidad de penetrar hacia el aro. El otro alto rendimiento del misionero, que además planteó una sólida e intensa defensa durante los 40 minutos, fue el de Fernando Martínez; el “Enano” apareció en los momentos clave para poner bombas de tres puntos y manejar los tiempos del juego sosteniendo la ventaja conseguida, además desplegar toda su experiencia que le permitió interpretar lo que pedía el trámite en todo momento. Jugó e hizo jugar: anotó 20 tantos y repartió 11 asistencias.

Por el lado del aguatero, el mejor exponente (casi el único que tuvo un desempeño regular durante todo el encuentro) fue Dwayne Davis quien, con 31 unidades encestadas, 9 rebotes recolectados y 3 asistencias repartidas, sacó la cara por su equipo y tuvo una gran noche desde la línea de triples.

Pero, a pesar de que la renta del misionero nunca fue elevada, sí se tornó inalcanzable, ya que el rojiverde no supo aprovechar las oportunidades de corridas de cancha, ni los rebotes ofensivos que consiguió, y además se mostró nervioso y entreverado en determinadas situaciones de ofensiva que, de haberse ejecutado con mayor eficacia, podría haber arrojado otros dividendos.

Faltó el aporte de los referentes del equipo de la Avenida San Martín. Demian Álvarez tuvo muchos altibajos, Federico Bavosi no estuvo fino desde la línea de tres, y Andrew Feeley, que en la temporada anterior se había transformado en un jugador clave, esta jornada mostró un aporte muy pobre sin poder influir de la manera en que el aguatero lo necesita.

 

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(Por Christian Moreno – La Oral Deportiva)