El ex presidente peruano Alan García justificó su pedido de asilo diplomático en la residencia del embajador uruguayo en Lima por el «clima de persecución política» que vive su país impulsado por el afán del Ejecutivo de Martín Vizcarra para «copar las instituciones».

García lo explicó en una carta dirigida al presidente Tabaré Vázquez, y que fue difundida por las redes sociales del Partido Aprista de Peruano (PAP), en la que narró su visión sobre lo que sucede en Perú y rechazó las acusaciones de corrupción en su contra vinculados a la empresa brasileña Odebrecht.

El embajador de Uruguay en Perú, Carlos Barros se comunicó telefónicamente con el presidente Tabaré Vázquez a quien informó sobre la petición del exmandatario, según publica la web de Presidencia de la República. García ingresó en la noche de este sábado a la residencia de Barros en San Isidro, en Lima a horas de que el juez, Juan Carlos Sánchez Balbuena del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria Anticorrupción, ordenara su impedimento de salida del país por 18 meses en el marco de la investigación del caso de la constructora brasileña Odebrecht por el pago de coimas y sobornos a funcionarios de gobiernos.

El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, afirmó que «no hay plazo para darle una respuesta» al expresidente García sobre el asilo que solicitó a ese país. En diálogo con el diario El Comercio, el canciller recordó que Uruguay «tiene una larga tradición en materia de asilo».

Alán García fue presidente del Perú en dos mandatos no consecutivos, de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011. El objetivo de la petición de la fiscalía de impedir que García salga de Perú es evitar que eluda el proceso, como ya hizo en 1992, cuando se exilió en Colombia y luego vivió en Francia, hasta que en 2001 se declaró que había prescrito una acusación por presunto enriquecimiento ilícito durante su primer mandato (1985-1990).

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