El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, asumió el cargo con una retórica conservadora directa y dura, que no oculta su decisión de «combatir la ideología de género» y rescatar los valores «cristianos» de la sociedad.
«Vamos a unir al pueblo, darle valor a la familia, respetar las religiones y las tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores», afirmó el nuevo presidente de Brasil en su discurso de investidura.
«Brasil volverá a ser un país libre de las amarras ideológicas», sostuvo Bolsonaro, quien también abundó en las alusiones a «Dios», al que citó una decena de veces en sus pronunciamientos, y sentenció sin tapujos que, con su investidura, el país empieza a «liberarse del socialismo» y de la «inversión de valores».
La mención directa al combate «a la ideología de género» que hizo en su primer discurso ante el Parlamento la reforzó después, en un pronunciamiento ante a una multitud que le aclamaba en las calles, a la que prometió que acabará también con «lo políticamente correcto», que considera como una «estrategia de izquierdistas».
El mandatario uruguayo partió a primera hora de la mañana desde la Base Aérea n.º 1 con destino a la ciudad de Brasilia, donde presenció la ceremonia del cambio de mando entre Michel Temer y Jair Bolsonaro.
La primera parte de la ceremonia de transmisión de mando se realizó en el Congreso Nacional.En la ocasión Vázquez saludó al presidente electo norteño.
Posteriormente, Bolsonaro se dirigió en el vehículo presidencial al Palacio de Planalto, donde se celebró la ceremonia de posesión del cargo.
Vázquez y otros jefes de Estado fueron saludados por el flamante presidente en el salón Leste del mencionado palacio.
El mandato presidencial de Bolsonaro dura cuatro años.