Barça y Madrid no pasan del empate (1-1) en el Camp Nou, con Messi de suplente.
(Foto: Marca)
El Santiago Bernabéu dictará sentencia. Barça tendrá que ir a ganar en Madrid si quiere estar en la final de la Copa del Rey del 25 de mayo en el Benito Villamarín. Es un reto difícil pero ni mucho menos imposible teniendo en cuenta los resultados que los azulgrana han conseguido en las últimas temporadas en el campo del eterno rival. El futbol también es un estado de ánimo y a Real Madrid le hizo valer la confianza que le han dado las cinco últimas victorias para irse del Camp Nou con un empate que les da una cierta ventaja de cara a la vuelta. Al Barça le pesó mucho la ausencia de Messi en el once titular y la poca tensión con la que salió a la hierba.
Valverde dejó a Messi en el banco. En el horizonte, el calendario que les espera este mes de febrero, con la vuelta de la Champions y visitas complicadas en LaLiga en campo de Athletic de Bilbao y Sevilla, además del clásico el 2 de marzo en el Bernabéu. El del Camp Nou, además, era la primera parte de un partido de 180 minutos y forzar al 10 hubiera sido absurdo si físicamente no estaba al 100%. Su plaza en la delantera la ocupó con Malcom, que ha sido titular en todos los partidos de ida de la Copa del Rey y que fue de los más destacados en la ofensiva del conjunto azulgrana en la primera parte.
El brasileño fue quien más intentó hacer daño por la banda derecha, castigando a un Marcelolejos de su mejor estado de forma y asociándose con Semedo, mejor en fase ofensiva que en otros partidos. Barcelona cargó mucho más el juego por la banda derecha porque sin Messi, la presencia ofensiva de Jordi Alba fue mucho más tímida. Tampoco lo ayudó Coutinho ni Suárez que estuvieron prácticamente desaparecidos en la primera mitad en las cuatro ocasiones que tuvieron.
El gol del conjunto blanco llegó muy pronto, en el minuto 6 de juego, obra de Lucas Vázquez.Vinicius centró desde la izquierda, Jordi Alba no llegó a rechazar y la pelota quedó en los pies de Benzema para que Vázquez se anticipara a Lenglet para abrir el marcador. Real Madrid salió concentrado, con la confianza que le dieron sus últimos resultados y con las ideas muy claras. Muy cómodos se sintieron los de Solari en la primera parte en el Camp Nou.
La segunda mitad comenzó con la grada reclamando la presencia de Messi, pero el primero en salir a calentar fue Arturo Vidal. Minutos después lo hizo el argentino para tranquilizar a la hinchada. Valverde apostó por el doble cambio a los minutos de iniciarse la segunda parte, que entraron justo después de que el estadio estallara con el gol del empate, obra de Malcom (58′) que aprovechó un balón enviado por Luis Suárez. Con la entrada del 10, Solari respondió con Casemiro. Valverde dio pulmones al medio del campo y cambió a Rakitic por Arturo Vidal.
Durante unos minutos, pareció que estos cambios funcionarían porque Barcelona jugó más tiempo en el campo contrario y Alba se empezó a activar. Pero, el equipo fue perdiendo fuerza. El Madrid, ya con Bale y Asensio en el campo, esperaban algún contraataque o alguna jugada aislada para volver a hacer daño. Les llegó una ocasión clara para volver a avanzarse pero Ter Stegen rechazó el balón. Benzema, en lugar de provocar el chute dejando se la pasó a Bale que pateó sin el alemán en el arco pero se topó con la pierna de Semedo.
Todavía queda la vuelta para decidir quién será el finalista y los dos equipos tienen posibilidades. Eso sí, Barcelona espera tener a Messi desde el inicio y a un Dembélé recuperado.
El Santiago Bernabéu dictará sentencia. Barcelona tendrá que ir a ganar en Madrid si quiere estar en la final de la Copa del Rey del 25 de mayo en el Benito Villamarín. Es un reto difícil pero ni mucho menos imposible teniendo en cuenta los resultados que los azulgrana han conseguido en las últimas temporadas en el campo del eterno rival. El fútbol también es un estado de ánimo y a Real Madrid hizo valer la confianza que le han dado las cinco últimas victorias para irse del Camp Nou con un empate que les da una cierta ventaja de cara a la vuelta. Al Barça le pesó mucho la ausencia de Messi en el once titular y la poca tensión con la que salió a la hierba.
Valverde dejó a Messi en el banco. En el horizonte, el calendario que les espera este mes de febrero, con la vuelta de la Champions y visitas complicadas en LaLiga en campo de Athletic de Bilbao y Sevilla, además del clásico el 2 de marzo en el Bernabéu. El del Camp Nou, además, era la primera parte de un partido de 180 minutos y forzar al 10 hubiera sido absurdo si físicamente no estaba al 100%. Su plaza en la delantera la ocupó con Malcom, que ha sido titular en todos los partidos de ida de la Copa del Rey y que fue de los más destacados en la ofensiva del conjunto azulgrana en la primera parte.
El brasileño fue quien más intentó hacer daño por la banda derecha, castigando a un Marcelolejos de su mejor estado de forma y asociándose con Semedo, mejor en fase ofensiva que en otros partidos. Barcelona cargó mucho más el juego por la banda derecha porque sin Messi, la presencia ofensiva de Jordi Alba fue mucho más tímida. Tampoco lo ayudó Coutinho ni Suárez que estuvieron prácticamente desaparecidos en la primera mitad en las cuatro ocasiones que tuvieron.
El gol del conjunto blanco llegó muy pronto, en el minuto 6 de juego, obra de Lucas Vázquez.Vinicius centró desde la izquierda, Jordi Alba no llegó a rechazar y la pelota quedó en los pies de Benzema para que Vázquez se anticipara a Lenglet para abrir el marcador. Real Madrid salió concentrado, con la confianza que le dieron sus últimos resultados y con las ideas muy claras. Muy cómodos se sintieron los de Solari en la primera parte en el Camp Nou.
La segunda mitad comenzó con la grada reclamando la presencia de Messi, pero el primero en salir a calentar fue Arturo Vidal. Minutos después lo hizo el argentino para tranquilizar a la hinchada. Valverde apostó por el doble cambio a los minutos de iniciarse la segunda parte, que entraron justo después de que el estadio estallara con el gol del empate, obra de Malcom (58′) que aprovechó un balón enviado por Luis Suárez. Con la entrada del 10, Solari respondió con Casemiro. Valverde dio pulmones al medio del campo y cambió a Rakitic por Arturo Vidal.
Durante unos minutos, pareció que estos cambios funcionarían porque Barcelona jugó más tiempo en el campo contrario y Alba se empezó a activar. Pero, el equipo fue perdiendo fuerza. El Madrid, ya con Bale y Asensio en el campo, esperaban algún contraataque o alguna jugada aislada para volver a hacer daño. Les llegó una ocasión clara para volver a avanzarse pero Ter Stegen rechazó el balón. Benzema, en lugar de provocar el chute dejando se la pasó a Bale que pateó sin el alemán en el arco pero se topó con la pierna de Semedo.
Todavía queda la vuelta para decidir quién será el finalista y los dos equipos tienen posibilidades. Eso sí, Barcelona espera tener a Messi desde el inicio y a un Dembélé recuperado.