Desde el campo gallego, una pequeña empresa ha conseguido hacerse un importante hueco entre los grandes productores y exportadores de té del mundo. Los amantes de esta bebida ya no solo miran hacia las históricas plantaciones de China, Vietnam o India.
La compañía Orballo ha conseguido colocar el nombre del concello coruñés de Paderne en el nuevo mapa del té. Nacida en el 2012, esta empresa cuida con sumo mimo las más de 10.000 plantas de Camellia sinensis que poseen ahora mismo.Esas cifras la convierten en la primera plantación de té de la Europa continental -hay otra situada en las Azores- dedicada al consumo de masas. «Estas plantas necesitan tres cosas para crecer: un terreno ácido, y en Galicia lo tenemos; mucha agua, que también lo tenemos; y sombra. El paisaje típico de algunos de los valles de Asia cubiertos con una neblina también lo tenemos aquí», explica Óscar Torres, responsable de comunicación y márketing de Orballo. Él lo resume todo en una frase: «La realidad es que Galicia es un enclave idóneo para el cultivo de la planta del té».
A día de hoy, tal y como aseguran, la cosecha está garantizada y vendida y esperan sacarla en los próximos meses. «Aunque la producción va a ser pequeña. Es un producto bastante exclusivo», sentencian. Y comparan su mercancía con algunas otras con cierto aire exótico. «Al igual que hay un té en Hawái que se considera raro, que todo el mundo quiere probar y que se vende a un alto precio; pasará lo mismo con el té gallego, será una cosa especial que todo el mundo querrá tener en su colección personal».
Pasear por las verdes oficinas de Orballo es toda una experiencia para la vista. Pero también para el olfato. La mezcla de olores que aporta el té, las aromáticas y el resto de plantas ecológicas que poseen impregna al visitante a cada paso que da. El sello ecológico y la esencia de la empresa les impide producir en grandes cantidades: «Entonces lo que buscamos es darle valor añadido a lo que tenemos».
No les va nada mal con esta filosofía. Las casi cien referencias de que disponen se comercializan en cientos de puntos de venta de toda España, pero también de fuera. «Un 30 % de nuestra facturación viene de México y actualmente estamos haciendo prospecciones en países de Europa como Alemania o Finlandia».
Los chicos de Orballo llevan el sello ecológico hasta el último detalle. Nada se les escapa. «Las pirámides que estamos haciendo ahora -para el envase de té e infusiones- son biodegradables, están hechas con plástico de maíz. El hilo, por ejemplo, se lo quitamos, porque solo retirándole el cordel, consigues reducir 90 años el proceso de degradación», explican. El cliente tampoco encontrará grapas en sus cajas.