El 3 % de los 3,4 millones de uruguayos tiene glaucoma, pero la mitad no lo sabe, ya que no desarrolla sintomatología hasta que se encuentra en estado avanzado y, por consiguiente, el 15 % de ellos llegó a la ceguera.
El Hospital de Ojos, cuyas autoridades consideran que el diagnóstico precoz es clave para detener el mal, atiende a 3.500 personas en promedio por año, que suman más de 29.700 desde su creación, a fines de 2007.
La directora del Hospital de Ojos José Martí, Sandra Medina, informó este martes 12 que el glaucoma se desencadena al obstruirse el desagüe del humor acuoso (líquido que nutre el ojo) y apretar el nervio óptico. Este empieza a sufrir y pierde las fibras.
Cada año, ese centro, ubicado en la zona norte de Montevideo, atiende 3.500 personas por esa patología y suma, desde su creación, en noviembre de 2007, más de 29.700 personas, 1.500 de las cuales se operaron por cirugía convencional, informó Medina, en una jornada de prevención realizada en la plaza Samuel Lafone, en el barrio montevideano de La Teja, con motivo del Día Mundial del Glaucoma.
Tras la consigna “No dejes que el glaucoma te apague la luz”, un equipo de profesionales del centro de salud conversó con la población de la zona, entregó información de la patología y ofreció la posibilidad de tomarse la presión ocular.
En Uruguay, como en el resto del mundo, el 3 % de la población tiene glaucoma, es decir que suman unos 105.000 uruguayos, pero el 50 % no lo sabe y el 15 % llegó a la etapa de ceguera.
Dado que al glaucoma se lo considera “el ladrón silencioso de la visión” por no manifestarse síntomas hasta que la patología está avanzada, la especialista entiende que es el médico en la consulta oftalmológica quien tiene la responsabilidad de valorar a los pacientes.
Ello implica la toma de presión ocular, fondo de ojo y conocer si la persona tiene antecedentes familiares u otros factores de riesgo que hagan sospechar un glaucoma, sobre todo cuando los usuarios consultan luego de los 40 años por dificultades para leer (presbicia).
En caso de avanzar en el diagnóstico, señaló, se le solicita un campo visual computarizado y, de confirmarse la enfermedad, se debe comenzar con un tratamiento médico con colirios. Si eso no da resultado, el hospital cuenta con microdispositivos de titanio o de acero inoxidable y válvulas Ahmed (de silicona).
“Todos estos dispositivos los estamos utilizando en etapas más tempranas. Antes se esperaba a alcanzar una etapa más avanzada y cuando llegábamos a hacer la cirugía filtrante convencional había chance de perder el poco campo disponible. Hoy los avances permiten que sea una patología más controlable”, dijo Medina.
Entre los factores de riesgo, se destacan la edad, de 40 a 50 años en adelante, los antecedentes familiares en primera línea como padres, madres y hermanos, los grupos étnicos como los afrodescendientes, que tienen más probabilidad y la enfermedad aparece en etapas más precoces la enfermedad y es más agresiva, y miopes, pues quienes no ven bien de lejos tienen más predisposición.
Asimismo, hay enfermedades sistémicas que pueden incidir, como la diabetes y la hipertensión, y también el uso de corticoides en forma prolongada.