Gabriel Gómez habló del 20 de Mayo de 1976, fecha en la cual se produce el asesinato de dos representantes electos en forma democrática.

Repasó audios de Zelmar Michelini, senador por el Frente Amplio, Héctor Gutiérrez Ruiz, diputado por el Partido Nacional y Presidente de la Cámara de Representantes, exiliados en la Argentina tras el Golpe de Estado del 27 de Junio de 1973, eran brutalmente asesinados.

Para situarnos en las voces de quienes estamos recordando en esta crónica vamos al 26 de Marzo de 1971, para escuchar a Zelmar Michelini, en la Explanada Municipal en el Acto de Lanzamiento de Candidaturas del recientemente fundado Frente Amplio.

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A las de 2 de la madrugada del 18 de Mayo, seis personas, fuertemente armadas pero vestidas como civiles derribaron la puerta de la Familia Gutiérrez Ruiz, en la calle Posadas, de Barrio Norte en Buenos Aires, mientras Héctor Gutiérrez Ruiz había sido encapuchado y estaba en el piso del corredor de la vivienda, los secuestradores saqueaban las pertenencias de la familia.

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En la campaña electoral de 1971, en esa misma madrugada del 18 de Mayo de 1976, un grupo armado se presento en el Hotel Liberty, el cual se encontraba en pleno centro de Buenos Aires. Con el apoyo de integrantes de la policía local y al grito dramático de “Zelmar te venimos a buscar, ha llegado tu hora”, Michelini era derribado y sacado violentamente de la habitación que ocupaba, la numero 75.

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Zelmar Michelini, en el mes de Noviembre de 1971 en plena campaña electoral en un acto realizado la Ciudad de Florida

Cuando Michelini, menciona la posición de los colorados y especialmente el Batllismo en las elecciones a finales de los 60, habla de la Lista 99. Son los porentonces llamados jóvenes turcos, aquella generación de políticos colorados, con Zelmar Michelini, Alba Rovallo, Manuel Flores Mora, Hugo Batalla, que introdujeron un discurso profundamente socializant en el Partido Colorado, escuchemos un jingle de la 99 para comprender mejor la idea que ya traía Michelini

Luego de cuatro días de denuncias inútiles, e incertidumbre acerca del paradero de Michelini y Gutiérrez Ruiz, probablemente retenidos en el edificio ocupado por automotora Orletti, que era utilizado por los comandos argentinos y uruguayos tenia de guarida y cárcel improvisada, aparecían en un auto abandonado y con huellas de torturas los cadáveres de los legisladores uruguayos junto a los de Rosario Barredo y William Whitelaw.

Wilson Ferreira Aldunate era también un objetivo para ser capturado esa madrugada pero por la rápida reacción del círculo cercanos de amigos e incluso de militantes de extracción blanca también en el exilio, permitió que Wilson se salvara por minutos del secuestro, para luego refugiarse en una embajada, durante esos aciagos días de mayo de 1976.

Todo indica que el objetivo de secuestrar a Michelini, Gutiérrez Ruiz y Wilson Ferreira venía siendo planificado por lo menos desde mediados de 1975. La eventual expulsión de Michelini de territorio argentino, omplicaba los planes. Expulsión que fue suspendida y como consecuencia precipito los planes. Quizás debido a la urgencia, del operativo contra Ferreira llevo al fracaso del mismo. Cuando el destacamento militar, apoyado por un helicóptero artillado, llegó a la estancia de Wilson, en la localidad de Pardo, en la provincia de Buenos Aires, el dirigente blanco ya había sido avisado y había abandonado el lugar.

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Héctor Gutiérrez Ruiz en 1972, hablando en un acto público, contra las Medidas represivas de seguridad en el año 1973, luego de aquel 20 de mayo de 1976 los cuerpos que las autoridades argentinas habían retenido para hacer autopsias, eran entregaron el sábado de noche y fueron velados al día siguiente, pese a las amenazas que recibieron las familias para que esto no sucediera.

A Michelini se lo veló en una empresa fúnebre, y a Guitiérrez Ruiz, en su casa.

El lunes de madrugada los embarcaron en el Vapor de la Carrera hacia Montevideo.

Michelini fue enterrado el martes en un nicho del Cementerio Central a las siete y media de la mañana, con funcionarios policiales impidiendo cualquier oratoria. El propio jefe de Policía de Montevideo, coronel Alberto Ballestrino llegó a decir «se acabó. A dispersarse», una vez cerrado el nicho.
El entierro de Gutiérrez Ruiz en tanto se fijó para el mismo día pero a las nueve de la mañana en el cementerio del Buceo. Sólo un aviso fúnebre publicado ese mismo día, pudo convocar al acto del que la dictadura obligó a la empresa funeraria a dar una hora falsa (dos horas más tarde), para evitar la concentración de gente.

El operativo represivo lo dirigió el comandante Gervacio Somma, quien ordenó a los granaderos a caballo golpear a quienes pretendieron poner una flor blanca en la tumba o intentaran entonar el Himno Nacional. Incluso el propio Somma quitó la bandera nacional que Diego Terra había colocado sobre el féretro.

Pero hubo otro incidente esa mañana, cuando Mario Heber gritó “por aquellos héroes y la Patria”, lo cual implicó que él y su esposa, Cecilia Fontana, fueran detenidos. Heber estuvo preso una semana y casi es procesado por «vilependio a los símbolos patrios».

Otro hecho llamativo fue que algunas horas después de sus entierros, el presiente de facto Juan María Bordaberry felicitó formalmente a la Policía por impedir que se colocara un pabellón patrio sobre el féretro del legislador blanco.

Michelini y Gutierrez Ruiz, con un fragmento de la intervención de Zelmar Michelini el día 10 de Marzo de 1974, cuando ante el Tribunal Russell, Roma (Italia), hablo de la situación política uruguaya y especialmente lo que estaba ocurriendo desde el 27 de Junio de 1973, con el accionar represivo de la dictadura en Uruguay.

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