En la columna en Fuentes Confiables, «El Sentido de lo Cotidiano» con el Licenciado Richard Danta, analizaron las dificultades de los vicepresidentes del Frente Amplio, respecto a sus títulos universitarios.

Hace meses la opinión pública vivió el “teleteatro” del título de Sendic, y cuando todavía no lo habíamos olvidado, aparece la segunda temporada de este dramedy, ahora protagonizada por Graciela Villar.

Decía que tenía título de psicóloga social, que no lo tenía, que nunca dijo que tenía, pero que había estudiado, solo que algo diferente, pero parecido; como Houdini, los títulos de los vice del FA tienen la tendencia de desaparecer en cuanto sus titulares acceden al escenario político.

¿Por qué alguien que ejerce cargos públicos dice tener títulos que no tiene, cuando resulta evidente que por su propia tarea, alguien lo va a descubrir y difundir?

¿Es falta de consciencia pública, un acto de indolencia, o poca precaución?

¿Por qué nos importa a los ciudadanos cuando ese alguien aspira a un cargo público?

¿Es por el título en sí o por la metáfora de arrobarse méritos que no se tienen? Proponemos una breve reflexión semiótica del fenómeno.

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