Gabriela Mansilla, madre de la primera niña trans con cédula de identidad en Argentina, hizo contacto telefónico con De taquito a la mañana.
“Hay un mundo rosa y un mundo celeste y nuestros niños muchas veces no entran en esos mundos”, dijo Mansilla.
Cuando Luana cumplió 2 años ya demostró que se sentía mujer. A los 4, se eligió su propio nombre “y ya no hubo vuelta atrás. Ya había hecho su construcción identitaria”, estableció Mansilla.
“En Argentina no se hablaba de las infancias trans, y contar la historia de Lu generó que haya más de 200 familias estén acompañando y hablando de la infancia transgénero”, dijo Mansilla.
“Cuestiona la maternidad, la paternidad, el sistema binario y te pone a pensar: ¿qué estamos haciendo con los niños y las niñas? Los mandatos son muy antiguos”, se preguntó Mansilla.