Antonio Ladra, en su columna de análisis de actualidad “Lugar a dudas” en Fuentes Confiables, habló sobre la reciente conocida enfermedad de Tabaré Vázquez.
Una vez escuché al presidente parafrasear al ex presidente francés François Mitterrand: “Cuando habla un presidente, habla un país y el presidente no puede entrar más que a decir las cosas que le importan a la gente”.
François Mitterrand fue presidente de la República Francesa durante catorce años seguidos. En ese país nadie ocupó ese cargo tanto tiempo. En 1981, la primera vez que fue elegido presidente, una de sus promesas de campaña fue que sus médicos harían público un informe sobre su salud cada seis meses.
Esto se debió a que había un interés social sobre la salud del presidente como consecuencia de lo que se llamó el caso (George) Pompidou, quien falleció antes de concluir su mandato presidencial a causa de un tipo de cáncer conocido como mielomatosis, diagnosticada año y medio antes, enfermedad que ocultó a Francia y al mundo.
Pero Mitterrand incumplió la promesa. No había pasado medio año de su primera presidencia cuando se le diagnosticó un cáncer de próstata avanzado, con una esperanza de vida de tres años. Mitterrand impuso el secreto de Estado sobre su salud y no fue hasta el 11 de septiembre de 1992 cuando, en vísperas de ser operado, reveló que padecía cáncer.
Lo de Mitterrand, no fue el único caso en el mundo, pero fue extremadamente grave porque para mantener el secreto sobornó a funcionarios, médicos, periodistas y llegó hasta extremos tales como pinchar teléfonos de cientos de políticos, periodistas y editores franceses, para adelantarse a que divulgaran su real estado de salud. Las mentiras de Mitterrand no se quedaron ahí: mantuvo en secreto una vida familiar paralela, la que fue solventada por la República Francesa
Hubo un libro, “El gran secreto”, publicado en 1996, una semana después de la muerte del mandatario que conmovió a toda Francia. Y fue grande la conmoción porque el libro estaba firmado por Claude Gubler. ¿Quién era Claude Gubler? Ni más ni menos que el médico personal de Mitterrand.
En el libro reveló que el mandatario supo desde 1981 que padecía cáncer y, durante 11 años guardó silencio. Pero, además, Gluber afirmó que, durante los seis últimos meses de su mandato, Mitterrand estaba «físicamente incapacitado para hacerse cargo de sus asuntos».
En su libro Gluber afirmó que sólo una vez Mitterrand consideró la posibilidad de mencionar públicamente su enfermedad. En junio de 1990 el presidente estaba contemplando la idea de renunciar, aparentemente por asuntos personales, y quería usar su enfermedad como pretexto.
El presidente Tabaré Vázquez puede parafrasear a Mitterrand, pero no lo ha imitado, pues ayer, al contrario del francés, anunció públicamente, en poco más de tres minuto,s que es portador de una enfermedad potencialmente grave: cáncer al pulmón. El anuncio del presidente realizado en la tarde de ayer ha conmocionado al Uruguay entero y a la región.
La noticia impactó a nivel social porque parece una paradoja, pero justo Vázquez, que ha dedicado su vida profesional y también parte de la pública en combatir el tabaco para que los fumadores pierdan el vicio y eviten el cáncer de pulmón, debió anunciar que es portador de esa enfermedad.
La noticia también impactó político porque el anuncio se da en medio de la campaña electoral cuando faltan poco más de dos meses para las elecciones generales que comenzaran a definir quién será su sucesor. Y en este plano todo el sistema político ha cerrado filas tras el presidente saludándolo y deseándole lo mejor en esta emergencia.
Si el anuncio de Vázquez reveló su republicanismo y un manejo transparente de un tema tan delicado e importante, pero a la vez relevante y de interés público, como lo es la salud del presidente, la reacción de todo el sistema ha sido conteste, pensado en el interés general que une a todos en lo que importa cuando importa.
Cuando te preguntes que es una institucionalidad fuerte, cuando te preguntes qué es una república, recordá este día.