Será el primer amistoso que ambos países disputarán después de 16 años y la versión N° 200 del clásico rioplatense: el más antiguo del mundo.

Las selecciones de fútbol de Argentina y Uruguay volverán a enfrentarse en un partido de carácter amistoso, después de 16 años en los que no se registró ninguna confrontación de ese tipo entre los protagonistas del que es universalmente reconocido como el clásico más antiguo del mundo.

La última vez que ambos se midieron fuera del ámbito de una Copa América, un Mundial o las Eliminatorias, fue el 20 de agosto de 2003, cuando Argentina venció a Uruguay por 3 a 2 en el estadio Artemio Franchi de Florencia, Italia; y ahora el pleito con ese mismo perfil, según revelaron varios integrantes del Ejecutivo de la AUF a ECOS, volverá a reiterarse el próximo 19 de noviembre en una ciudad aún no determinada de Israel.

El partido ante Argentina será el segundo que Uruguay jugará en la fecha FIFA de noviembre, ya que primero se medirá el 15 con Hungría en Budapest, algo que representó una limitante para la concreción del segundo encuentro de los celestes en dicha oportunidad, pues la FIFA impone que entre las ciudades donde se jueguen el primer y segundo cotejo no debe haber una distancia mayor a las cinco horas de vuelo.

El tiempo de vuelo entre Budapest y Tel Aviv o Jerusalén, donde puede disputarse el clásico rioplatense, es de tres horas y media.

El origen de las gestiones que desembocaron en la concreción de este partido entre Uruguay y Argentina fue una conversación mantenida por Pedro Bordaberry, entonces presidente interventor de la AUF, y Claudio Tapia, titular de la AFA, cuando ambos concurrieron a un congreso de FIFA celebrado en marzo pasado.

Argentina y Uruguay se han enfrentado en 199 ocasiones, por lo que el cotejo a disputarse en el marco de la fecha FIFA de noviembre será la versión número 200 del clásico rioplatense, ahora revalorizada por las eventuales presencias estelares de Luis Suárez y Lionel Messi, que hacen que el choque pueda resultar un producto televisivo de alto consumo no sólo en la región sino en el resto del mundo.

A lo largo de la historia, los rivales rioplatenses jugaron dos partidos por Copas del Mundo, dos por Juegos Olímpicos, 31 por Copas América, 12 por Eliminatorias y 152 amistosos.

En ese contexto, Argentina consiguió 90 triunfos, Uruguay 60, y empataron en 49 ocasiones.

Las conversaciones que se llevaron a cabo entre las áreas deportivas de la AFA y la AUF para la reanudación de un tipo de enfrentamiento que hoy hace ya 16 años que no se produce, no son fruto de la casualidad, sino -entre otras razones- porque luego de disputado el Mundial de Rusia 2018, en las fechas FIFA a ambos les resulta muy difícil conseguir rivales europeos; sobre todo de fuste.

Es que la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA) creó la Liga de las Naciones, una especie de Champions League, pero de selecciones, que desde el 1° de setiembre pasado se juega cada dos años en las fechas FIFA, con cuatro divisiones, ascensos y descensos, y cuenta con la participación de todos los países de Europa.

Así, en cada cuatrienio que corre de un Mundial a otro, las selecciones del viejo continente casi no tienen espacio en sus agendas para jugar encuentros que no sean los de la Liga de las Naciones, la clasificación y la fase final de la Eurocopa, y las Eliminatorias.

Para los países de otros continentes, y en especial de América, entonces, el mercado de los amistosos con rivales europeos en las fechas FIFA se redujo mucho; algo que había sido visualizado por el propio Gerente Deportivo de la AUF y los integrantes del Ejecutivo presidido por Wilmar Valdez, que ya desde antes de 2018 apuntaron hacia Asia -China, Corea, Japón- en busca de nuevos horizontes.

Es decir, en buena medida, al fútbol sudamericano en ese aspecto le pasó algo similar a lo que el continente vive -y sufre- desde que el 1° de noviembre de 1993 se creó la Unión Europea, que dio paso a la vigencia de un mercado común de rígidas normas comerciales que cerraron las fronteras del viejo continente para el ingreso de los productos de otras regiones del mundo.

En el caso concreto de Uruguay, por ejemplo, la prueba es clara y rotunda: en el cuatrienio posterior al Mundial de 2010, con su grifa revalorizada por el 4° puesto logrado en Sudáfrica, los celestes jugaron amistosos con Estonia, Irlanda y Francia en dos ocasiones, Alemania, Holanda, Italia, Rumania, Ucrania, España, Austria, Eslovenia y Polonia; mientras que desde el Mundial de Rusia a hoy sólo ha enfrentado a dos rivales europeos: el modestísimo Uzbekistán y Francia, a cuya Federación no en balde el propio Oscar Wáshington Tabárez agradeció públicamente en esa oportunidad porque “siempre ha tenido muy buena disposición para jugar con nosotros”.
Argentina, por su parte, no logró ni siquiera eso, ya que únicamente se midió con Guatemala, Colombia, Irak, Brasil, Venezuela, Marruecos y México en dos ocasiones.

El primer partido de la historia entre Argentina y Uruguay se disputó el 16 de mayo de 1901 en Montevideo, y finalizó con triunfo visitante por 3 a 2; aunque, como en esa oportunidad el encuentro no fue organizado por la Liga Uruguaya de Football, sino por el Albion y el equipo local estuvo integrado sólo por futbolistas de ese club y Nacional, pese a que jugaron con la camiseta de la selección, en forma oficial se considera que el encuentro precursor fue el que se llevó a cabo el 20 de julio de 1902, también en nuestra capital, que culminó con otra victoria argentina, esta vez por 6 a 0.

(Por Jorge Savia – La Oral Deportiva)