Faltan cuatro días para la segunda vuelta y parece que para Daniel Martínez la situación es irreversible. Ayer la consultora Factum, que no había dado a conocer encuestas sobre intención de voto para el balotaje, divulgó en TV Ciudad el resultado de una realizada entre el 15 al 17 de este mes para la segunda vuelta de las elecciones.
Columna Antonio Ladra
Según los datos, la fórmula Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón conseguirá 51%, mientras que la del Frente Amplio Martínez y Graciela Villar, tendrá un respaldo de 43%. Un 6% votará en blanco o anulado. Como la diferencia de ocho puntos porcentuales supera el margen de error, que es de unos tres puntos el resultado final parece ser ya estar cantado a favor de Lacalle.
El Frente Amplio sigue siendo mayoría en Montevideo y recogería el 52% de los votos en la capital, contra el 42% que iría con el nacionalista.
Es en el interior del país, donde Lacalle Pou da vuelta el panorama y supera con creces al frenteamplista: el 58% del electorado del interior apoyaría al líder blanco contra el 37% que lo haría por el oficialista.
A grandes rasgos los números de Factum coinciden con los que dio Cifra y anteriormente Equipos, Radar y Opción aunque la diferencia en estos casos era menor, cinco puntos, pero todos los casos por fuera del margen de error.
Con estos números, en especial tras el relevamiento de Factum, para el Frente Amplio ya no corre aquello tantas veces usado para el fútbol, en especial para la selección cuando estaba jugando las eliminatorias de “matemáticamente tenemos chance”.
El Frente Amplio no tiene chance ni matemática ni política. La chance política la perdió hace un buen rato, esto porque no ha podido hacer regresar un número significativo de ciudadanos que en el pasado votaron a la izquierda.
No importa el tipo de campaña que se haga si esta fuera mala o buena, el centro de la posible derrota del Frente Amplio está ubicado en que se perdieron esos 200 mil votos en estos últimos cuatro años y no parece que fuera posible recuperarlos en pocas semanas. Sería una tarea hercúlea y Martínez ciertamente no lo es. Solo un candidato de carácter único y extraordinario que no es ciertamente Daniel Martínez podría revertir esos números. Es más no encuentro en el Frente Amplio de hoy un candidato con esas características.
Sin embargo, debo anotar que con todos los defectos que pueda tener y que se han señalado, mas allá de los errores que pudo haber cometido el o sus asesores o sus estrategas de campaña, Daniel Martínez ha sido víctima en la interna del frente amplio de una suerte de bullyng.
Pregunto: ¿cómo interpretar las declaraciones de Mujica diciendo que no le había gustado el debate o las apariciones de Yamandú Orsi para refutar al candidato cada vez que puede o el caso de Mario Bergara viajando a Nueva York el mismo día del crucial debate para el candidato que lo nominó como ministro de encomia en caso de ganar.
¿Cómo interpretar los afiches del MPP con las fotos de sus candidatos y con una letra bien grande que contrastaba con una suerte de marca de agua donde se leía Martínez presidente? ¿Quién puede decir que eso no fue una decisión política?
En las encuestas previas a las internas y antes de la definición de la fórmula, los porcentajes de voto del FA al que en algún momento se calificó como una marca desprestigiada eran aún menores, por lo que quiere decir que a pesar del viento en contra Martínez mantuvo la mayor parte de la masa electoral más dura.
A pesar de todo ello en la interna del Frente Amplio ya empezó el operativo derrota «Todo-es-culpa-del-Pelado».
Por el lado del candidato blanco, hay más tranquilidad, aunque se han tomado algunos recaudos. Lacalle Pou ya se siente ganador, no es para menos, pero llamó a sus seguidores a pensar en “el día después” de las elecciones, a no caer en “triunfalismos”.
Este lunes el comando de campaña se reunió con los dirigentes que encabezan las listas de Todos Hacia Adelante y resolvió que las únicas declaraciones públicas serán las que brinde la fórmula en los actos y en las ruedas de prensa previas a los actos en el interior.
Limitarán sus salidas públicas a entrevistas con radios locales del interior y se han descartado la participación en debates de su candidata a vicepresidente, Beatriz Argimón, y de los principales asesores.
Lacalle Pou está como el cuadro de fútbol que está ganando por la mínima, el partido entra en los descuentos y tiene la pelota en su poder.
Para la fórmula blanca no cometer ningún error, ceñirse a lo pautado es la lógica que prima en este tramo final de la campaña.