De taquito a la mañana recibió al director del Ballet Nacional del SODRE, Igor Yebra, que acaba de estrenar Manon.
Yebra nació en Bilbao, y es director del ballet nacional uruguayo desde 2018, luego de la salida del argentino Julio Bocca. Hoy, Yebra pone en duda su futuro en el ballet nacional, que depende de su reunión con las futuras autoridades.
Esta semana, Yebra estrenó junto al SODRE la obra con la que se despide María Noel Riccetto de la compañía. “Manon es una grandísima producción, es una historia muy actual, lamentablemente, y muy trágica, y eso a la gente le suele encantar”, comentó el coreógrafo y bailarín.
Sobre la exigencia en el mundo del ballet, Yebra dijo: “Hay una frase que dice: ‘la excelencia es enemiga de lo bueno’. La palabra ‘excelencia’, al igual que la palabra ‘artista’, me generan urticaria. Nadie va a ser más exigente que yo conmigo mismo”.
“A mis alumnos en la escuela siempre les digo: constancia, pasión y trabajo. Cuando encuentro esas tres cosas ya me puedo ir a dormir tranquilo, pero no es fácil”, comentó.
“Las compañías son como los equipos de fútbol, pero a un bailarín no se le mide por lo que ha hecho, sino por lo que puede hacer en el momento”, aseguró.