Carolina Notalgiovanni, en su columna de género en De taquito a la mañana, habló sobre el acoso sexual callejero.
«Recientemente se hizo un estudio, y la gran mayoría de los hombres dijo que es un tema a solucionar. Los primeros acosos se dan en el entorno de los 12 años, y más del 80% de las mujeres declararon que sufrieron acoso en algún momento de su vida», comentó Notalgiovanni.
«Es una situación gravísima», dijo Notalgiovanni. «Una cosa que a veces se relativiza en el acoso callejero es el piropo, dicho incluso por mujeres, porque alaban su forma de vestir, o su cabello», agregó.
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«El nudo donde debe centrarse el debate es en el consentimiento de la mujer, como lo indica la ley, no en si el piropo es lindo o es feo, si es en un espacio público sin el consentimiento de la mujer», explicó. «El contenido lo define quien lo dice, el que lo recibe no tiene poder sobre eso, ya está dicho».
«Cuando hablamos de espacio público, es históricamente un espacio masculino. Cuando las mujeres lo transitamos, no nos es propio, sino que es un lugar donde el hombre ejerce el poder sobre la mujer. Está totalmente naturalizado, no es algo que el varón esté pensando. Muchas veces, cuando hay un grupo de hombres, muchas mujeres cruzan la calle, o incluso antes de salir a la calle se fijan cómo están vestidas para ‘evitar’ los piropos».
«Lo que pretende un hombre cuando hace un piropo en la calle es ejercer poder, marcar su territorio», concluyó.