El MSP recomienda utilizar el juicio clínico para determinar la realización de test diagnósticos.
Las manifestaciones clínicas de la COVID-19 son similares en niños y adultos, sin embargo, los niños presentan síntomas más leves. El riesgo de que se progrese a enfermedad severa y su mortalidad es menor en niños y adolescentes.
Los síntomas reportados incluyen “síntomas de resfriado”, como fiebre, rinorrea, tos y en algunos casos vómitos y diarrea, aunque estos últimos son menos frecuentes.
La mayoría de los niños con COVID-19 presentan contactos intradomiciliarios. Del 4 a 9% son asintomáticos y aún no se conocen con exactitud qué características son las que hacen a algunos de ellos más susceptibles de contraer la enfermedad en términos más graves.
La mayoría de los expertos recomiendan considerar en este grupo a los niños inmunodeprimidos por cualquier causa, los portadores de cardiopatías, patologías respiratorias crónicas (excepto asma), y diabéticos con un mal control de la enfermedad. Debido a que se han comunicado casos de mayor gravedad en menores de un año se recomienda extremar la vigilancia en este grupo.
El documento elaborado por el Programa de Salud de la Niñez del Ministerio de Salud Pública recomienda utilizar el juicio clínico para determinar la necesidad de realizar test diagnósticos específicos para confirmar COVID-19 y descartar otras causas de enfermedad respiratoria (VRS, Influenza, etc.).
En función de: el estudio de epidemiología local de COVID-19 y el curso clínico de la enfermedad, incluyendo la presencia de síntomas y el contacto cercano con caso confirmado del virus dentro de los 14 días del comienzo de los síntomas.
El documento proporciona recomendaciones a los equipos de salud, para diferenciar la sintomatología que produce la enfermedad de otras afecciones comunes como influenza, resfrío común y alergias estacionales, debido a que la sintomatología respiratoria es muy común en la población pediátrica, especialmente en meses invernales.
Foto: Gastón Britos / FocoUy