La columna de Antonio Ladra

Quince hombres ya fueron formalizados por explotación sexual de adolescentes en la llamada Operación Océano. Hay tres más que están siendo investigados por el caso y una mujer que seguramente serán formalizados por la fiscalía en esta jornada.

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Este no es el primer caso que se da en Uruguay, pero es impactante por la conformación social de los integrantes del grupo. Gente de clase media acomodada para arriba, empresarios, docentes y algunos con vínculos en el poder.

En contexto: La «Operación Océano» comenzó a raíz de la investigación sobre la muerte de una joven de 18 años cuyo cuerpo apareció en el arroyo Solís Chico el 20 pasado de marzo. La joven estaba vinculada al grupo de cinco chicas explotadas sexualmente por 30 hombres ya identificados por la Fiscalía e investigadores de la Dirección de Crimen Organizado e Interpol.

No voy a dar nombres, solo pueden ir a mi cuenta de tuiter, quiero si caracterizar esta situación porque para muchos hay una naturalización del mismo.

La explotación sexual se da cuando hay una promesa de pago y es una problemática social que sucede todos los días. Es un tipo de violencia sexual que deja al descubierto una relación de poder. En este caso es claro.

ALGUNOS CHATS:

«Tengo ganas de verte. A tu amiguita también. Me enamoré de ambas. Sería ideal que la «sobrinita» venga cenar y conocer el departamento del «tío» (…) Vengan tapaditas para que el portero no sospeche»

«¿Cumpliste 17 en mayo, verdad? Y tenías una amiguita del Centro rubia, de 15 años. Te voy a buscar al liceo».

-¿Sabes cuántos años tengo?

– No.

– 17

_ Nahhhh

– Y cuando te vi por primera vez tenía 16.

«Soy lo que antes se llamaba un viejo verde. Escucho tu propuesta. ¿De cuánto es la ayuda económica que estás pidiendo? (…) Simplemente no pago tanto. (…) Puedo darte marihuana. Mi hijo tiene cannábico».

Estos son algunos de los chats que mantenían algunos de los once formalizados por la Justicia a raíz de la Operación Océano, la investigación de explotación sexual en el departamento de Maldonado y Montevideo y por la que la Fiscalía se apresta a imputar a otros 10 hombres.

Sin embargo, los abogados defensores de los detenidos argumentan que muchos de ellos desconocían la edad de las jóvenes con las que mantenían contacto.

Pero el tenor de los chats exime cualquier comentario.

La situación de cada uno de los detenidos e investigados es diferente. En algunos casos había dinero de por medio, en otros regalos y en otros hubo drogas, cocaína y marihuana a cambio de sexo. Y en otros casos, como el del organizador de fiestas, había «amistad» y «sexo» con las menores, aunque -según su abogado- no había contrapartida salvo alguna entrada a algún evento.

De todos modos, en la investigación surgieron elementos de juicio para echar por tierra el desconocimiento de la edad de las implicadas.

Pero, además, la investigación periodística a raíz de este tema, expuso otras lacras. Ha dejado al descubierto que algunos de ellos que aparecían ante la sociedad como filántropos tienen otra cara, una cara que permanecía oculta ya sea por acción o por omisión.

Una aclaración final: explotadores, abusadores y violentos hay en todos los partidos. Hacer política con eso es patético, venga de donde venga.

Coda: Parece casualidad, pero en Netflix hay una serie, Jeffrey Epstein: asquerosamente rico. Abuso sexual a menores, poder, dinero. Todo muy parecido.