El jugador español está viviendo un auténtico infierno.

Poco imaginaba Álvaro Rodríguez las consecuencias que podían llegar a tener enfrentar a la estrella del PSG, Neymar Júnior. Protagonista directo de los incidentes del pasado encuentro entre el PSG y el Olympique de Marsella, está viviendo un auténtico infierno. «Le Classique», como se le denomina a este encuentro de máxima rivalidad, acabó con cinco jugadores expulsados, entre ellos Neymar, quien vio la tarjeta roja después de golpear en la cabeza a Álvaro González. Tras el duelo, el brasileño aseguró que había sido objeto de insultos racistas por parte del defensa del Olympique, que lo negó categóricamente. Los dos futbolistas prosiguieron con su duelo personal en las redes sociales, mientras que sus clubes les defendían públicamente.

«Ahora quiero ver la imagen del racista llamándome ‘mono hijo de puta’… Yo fui expulsado ¿y él?», denunció Neymar en Twitter, quejándose por la tarjeta roja. Álvaro, por su parte, trató de suavizar el enfrentamiento, aunque se mostró firme en sus respuestas. El español publicó fotos suyas en las que aparece con compañeros de fútbol de diversas razas condenando todo tipo de discriminación.

«Álvaro tiene una conducta irreprochable durante todos los años como profesional. Nunca se ha visto involucrado en algo similar. En ninguno de los casos dijo expresiones racistas contra Neymar», le defiende José Rodri, su representante. También Manuel Soberón, tío del futbolista, sale en su defensa: «Me dijo que Neymar le había estado insultando todo el partido, diciéndole que ganaba cuatro duros y ellos diez millones de euros. Álvaro no es racista. Su mejor amigo en su etapa en el Espanyol era Caicedo, que es un jugador de color…».

Acusado de racista por el paulista, su teléfono se filtró a la prensa brasileño, que no tuvo ningún reparo en publicarlo, y en pocos minutos su buzón se llenó de insultos y amenazas de muerte. De hecho ha tenido que darse de baja de su número habitual. Incluso el gobierno de Bolsonaro se movilizó. El Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil expresó su «solidaridad» con Neymar y Bolsonaro aprovechó para pedir «el fin del racismo en el fútbol y en toda la sociedad». El futbolista está sufriendo una campaña de desprestigio. Incluso en las últimas horas se le ha vinculado con VOX y su líder de ultra derecha, Santiago Abascal.

«Álvaro se encuentra triste. Nunca ha tenido problemas con nadie. No es agradable que te manden un millón y pico de tuits con acusaciones y amenazas de muerte, han sacado fotos suyas, de su coche, etc. Eso es pasar un límite y hay que cortarlo. Para mí es más sancionable eso», explica Rodri, que anuncia posibles medidas legales: «El jugador niega rotundamente cualquier tipo de calificación racista dirigida a ningún compañero de profesión. Hay incluso expresiones homófobas y expresiones hacia Álvaro también peyorativas. Nos reservamos el derecho de acudir a los mecanismos oportunos para salvaguardar la honorabilidad de Álvaro».

La Comisión de Disciplina

La defensa de Álvaro asegura que nunca llamó «mono» a Neymar, en un episodio calcado al que sucedió entre Busquets y Marcelo en 2011. Entonces el centrocampista del Barcelona respondió a la denuncia del Real Madrid asegurando que le había llamado «bobo», idéntica justificación que emplea «El Patrón», como se le conoce en el vestuario del Olympique de Marsella, donde convenció a Villas-Boas para que ejecutara su cláusula de compra al Villarreal, del que llegaba cedido, tras aferrarse el año pasado a la titularidad.

De todas formas, será la Comisión de Disciplina de la Liga francesa la que determine qué sucedió realmente. El organismo cuenta con un vídeo suministrado por el PSG y que pertenecen a Bein Sport Mena, un canal de Doha que no ha emitido las imágenes en Francia porque es Telefoot la que tiene los derechos televisivos en el país galo. Si se confirma el insulto, Álvaro podría enfrentarse a una dura sanción, al igual que Di María, acusado de escupir al futbolista español.

Foto: ABC