El físico, docente y columnista de Punto de Encuentro, Carlos Vera, propuso a los oyentes la segunda columna dentro de un ciclo en el que aborda la problemática de los agujeros negros. La semana pasada presentó qué son y por qué son importantes, puede escucharla aquí.

A partir de eso, Vera desarrolló la idea de que hasta el momento, el hombre no había desarrollado instrumentos para ver en la oscuridad. Desde 1915 se postuló teóricamente que su existencia era una posibilidad, pero ahora se concretó.

La primera novedad a tener en cuenta es que debemos incorporar en nuestro léxico un nuevo cuerpo celeste: los agujeros negros. A partir del Big Bang, cuando se condensó la materia de esa energía inicial, se fueron formando pequeños cúmulos de materia que con el pasaje de los años se fueron aglomerando y generando estructuras: planetas, estrellas, galaxias. Y por supuesto, los agujeros negros, que como todo el resto de los mencionados, interactúa en nuestro universo.

No tenemos claro cómo se forman los agujeros negros. Creemos que no estamos dentro de un agujero negro porque todo alrededor nuestro está de la misma manera, pero hay cosas que no sabía.

¿Cómo se cree que se forman los agujeros negros?

Nace desde una estrella que, por reacción de fusión, emite mucha energía y esa energía se va a acumulando dentro de la estrella hasta que explota. Vera comentó que no debemos preocuparnos, para que explote nuestro sol faltan por lo menos dos millones de años.

Cuando la estrella explota, se comienza a expandir y deja de llamarse sol para llamarse supernova. Esta se expande todo lo que su energía se lo permita, pero mucho más allá del sistema solar. Luego, esa energía finalmente se enlentece y cesa, por lo que las fuerzas de la gravitación vuelven a actuar y la supernova empieza a colapsar, a implotar hacia el centro arrastrando todo lo que encontró en el camino.

Tras ello, se forma una estrella de neutrones conformada por todo lo que absorvió, pero se vuelve más chiquito que la estrella original. El volumen tiende a ser cero, pero la masa (el «peso») es infinito y no se sabe porqué, se denomina por eso una singularidad.

En esa singularidad ocurren cosas, por ejemplo, ni siquiera la luz que reflejan las cosas sale de esa estrella de neutrones. A la vista se ve un agujero oscuro y la luz es lo que nos produce información. Cuanto más engulle más es la capacidad de seguir engullendo, entonces se vuelve cada vez más denso.

Escuche la columna de Carlos Vera en Punto de Encuentro

 

Imagen – La supernova más antigua alguna vez fotografiada – NASA