Facultad de Psicología realizó un estudio entre personas con discapacidad intelectual, motriz y psíquica.

Un equipo de investigadoras de Facultad de Psicología de la Universidad de la República (Udelar) realizó un trabajo en base a una consulta a personas en situación de discapacidad sobre su experiencia en el marco de la emergencia sanitaria. Las docentes investigadoras responsables del estudio María José Bagnato y Julia Córdoba explicaron al Portal de la Udelar en qué consistió. 

Se realizaron encuestas en forma telefónica a 84 de las 198 personas usuarias de la Tarjeta de Gestión Social, derivadas por la Unidad de Atención y Orientación Sobre Servicios Sociales de la Intendencia de Montevideo. La diferencia entre la lista original y los efectivamente encuestados se dio por dificultades en la comunicación con las personas en situación de discapacidad o porque los datos de contacto no eran correctos.

El grupo de los encuestados estaba formado por 51 mujeres y 33 hombres. En cuanto al tipo de discapacidad de los participantes de la encuesta, algunos de estos presentaban discapacidad intelectual, otros motriz y algunos psíquica.

Julia Córdoba indicó que en términos generales los entrevistados coincidieron en que presentaban dificultades no en la aplicación de las medidas sino en el acceso a ellas por la situación socio económica (comprar alcohol en gel, tapabocas y demás insumos). 

Algunos encuestados habían perdido el trabajo, otros debido a su discapacidad necesitaban tener un contacto más cercano con personas que no fueran familiares para recibir apoyo en actividades cotidianas (hacer las compras, que los acompañaran al médico o los ayudaran a cruzar la calle). En algunos de estos casos tuvieron dificultad en que se les brindara esa ayuda porque no encontraron quien lo hiciera o no se animaron a solicitar apoyo. Otra de las percepciones de riesgo de los entrevistados y algunos de los familiares que respondieron en los casos en los que estos no pudieran hacerlo, se vinculó a situaciones en las que las personas sin discapacidad del entorno inmediato y las que circulaban por las calles, no aplicaban las medidas sanitarias.

El estudio agrega que uno de los aspectos más significativos en relación a sus preocupaciones, fue la suspensión de controles y tratamientos médicos. Bagnato acotó que esto se vincula a que aunque la percepción de riesgo en los encuestados estaba bastante dividida (un porcentaje se sentía más vulnerable al COVID y otro no), la preocupación mayor tenía que ver con su condición de salud y su discapacidad y no con el COVID.

Bagnato señaló que aunque la mayoría de los entrevistados no perciben con miedo el riesgo al contagio de COVID – 19, todos encuentran importante el cuidado de las medidas. Indicó que esto derriba el planteo de que la sociedad no acata las medidas porque no tiene miedo. 

Córdoba resaltó que en términos generales en lo que se refiere a la adaptación o ajuste de algunas de las medidas preventivas frente al COVID-19, las familias y los entrevistados como conocían sus necesidades y los recursos con los que contaban en el entorno, lo lograron sin mucha dificultad. El impacto mayor fue en otros aspectos de la vida cotidiana, el principal el acceso al sistema sanitario, aunque con anterioridad no estaba completamente garantizado para esta población en Uruguay, en el marco de la pandemia se agravó esta situación. Opinó que cuando se delega el cuidado de la salud a la comunidad el sistema debe ser coherente en cuanto a la oferta que puede instrumentar para que la comunidad se autogestione en lo que refiere a la implementación de las medidas preventivas.

Asimismo la mayoría de los encuestados entendieron que si bien las medidas estaban claras, no se instrumentó una política que les permitiera sostener económica y socialmente esas medidas en el tiempo. Córdoba subrayó que la vulnerabilidad vinculada a la pérdida de empleo de ellos mismos o de sus familiares, conlleva un riesgo económico, lo que no difiere a la situación que vivió la población en general.

Bagnato señaló otro de los problemas que emergieron de las encuestas, aunque existe información acerca de la pandemia y las medidas frente a ella enfocada a la población general, se habla de los niños, de los adultos mayores, de poblaciones de riesgo por enfermedades crónicas, no se hace referencia a las situaciones de discapacidad. Una demostración de esto fue el desconocimiento por parte de los entrevistados de los distintos servicios que se instrumentaron para la atención de salud mental y psicológica, entre ellos el dispositivo de teleasistencia para personas en situación de discapacidad que había implementado un equipo de la Facultad de Psicología.

Algo similar sucede cuando el sistema educativo informa acerca de las medidas, no se menciona si hay alguna alternativa específica diferente o modificaciones en cuanto a la accesibilidad para la continuidad educativa de los niños y adolescentes en situación de discapacidad. Para colaborar con este problema la Udelar realizó una producción de materiales accesibles que se encuentran en la página web de Extensión. Estos materiales apuntan a que la información acerca del COVID-19 llegue a personas que tienen dificultades de comprensión, o de acceso a la comunicación oral o escrita.

Bagnato opinó que en el contexto actual de crecimiento de casos de COVID-19 en Uruguay, se van a profundizar las necesidades de las personas en situación de discapacidad en la medida que aumenten las restricciones. Mantener los vínculos cercanos y permanentes, la llamada «burbuja», permitiría a la persona estar en su propio entorno y recibir los apoyos de las personas que siempre se los brindan. En lo que hace al contexto socio económico, se prevé que este contexto actual más crítico profundice la situación de vulnerabilidad de esta población y que implique volver a poner en marcha los dispositivos de teleasistencia.

 

Foto: Gaston Britos / FocuUy