Una cifra promedial aceptable puede significar que haya puntos del país con centros saturados, indicó el secretario general de SUMI.
«Nos estamos acostumbrados a que nos digan que hay mil y tantos casos», alertó Luis Núñez, secretario general de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI). El presidente, Luis Lacalle Pou, dijo el martes en conferencia que «tendríamos que tener 160 personas más» en Centros de Terapia Intensiva (CTI) para saturar el sistema. Núñez discrepó en fijar «un número» porque «genera una falsa sensación de seguridad» y apuntó que ante una cifra promedial, puede haber puntos del país donde la situación se forme compleja. «Eso se traduce en peor atención», aseguró.
Actualmente hay 143 pacientes en CTI, el 17% ingresó por Covid-19. El Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) marcó como límite un 20% de ingresos por esta causa, recordó Núñez e indicó: «Todavía falta ingresar a todos los que se están contagiando ahora».
«Poner un número de pacientes genera una falsa sensación de seguridad. Decir ‘hasta tanto podemos tirar’. Estamos en un nivel amarillo, pero si seguimos subiendo van a sumarse zonas en rojo. Si llegamos a nivel país a rojo vamos a tener un problema», argumentó y puntualizó: «El promedio es una forma muy grosera de medir la saturación, no refleja la situación real de una zona».
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Para mitigar el daño en otras partes del mundo se han abierto «otras unidades en lugares que no son CTI», por ejemplo en unidades de recuperación anestésica, propuso Núñez. «Hay que identificar aquellas zonas que pueden recibir pacientes y trasladarlos en menor tiempo posible. Los que se trasladan generalmente son aquellos pacientes que no tienen enfermedad Covid», añadió.
En cuanto a la falta de personal, el secretario general informó que hay 390 médicos -de otras especialidades- realizando una capacitación en la Cátedra de Medicina Intensiva de la Universidad de la República para auxiliar a los intensivistas. «Viene en buena forma, es una buena instancia», calificó Núñez.
La vacunación de los médicos
El gobierno destinó las primeras 50 mil dosis de Pfizer a inocular al personal de la salud que batalla «en la primera línea» contra el Covid-19. Hubo un remanente de 5.000, lo que desató una serie de críticas hacia los profesionales.
Núñez aclaró: «Hubo mucha (gente, médicos) que no es que no se quiso vacunar, no pudo (por los problemas de agenda). Es una razón por la que quedó ese remanente. También muchos médicos se vacunaron con Sinovac».
«Lo primordial es vacunarse, no si es una otra. La mejor es la primera. Espero que puedan solucionarse los problemas de agenda. Nos esperan semanas bastante complicadas», complementó.
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Foto: Gastón Britos / FocoUy