La probabilidad estadística de un impacto en suelo en áreas pobladas era baja.

La mayor parte de los restos del cohete chino Long March 5B, se desintegraron al colisionar con la atmósfera y cayeron en el océano Índico, en un lugar cercano a las islas Maldivas en el océano Índico, al sur de la India. El sitio web Space-Track del Escuadrón de Control Espacial estadounidense confirmó hoy las coordenadas a través de un tuit.

El tamaño del objeto, con una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros, y la velocidad a la que avanzaba -unos 28.000 kilómetros por hora- motivó la activación de varios de los servicios de vigilancia espacial más importantes del mundo, entre ellos el Pentágono o el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST).

Esta agencia ya adelantó el pasado viernes que los restos del cohete caerían en una región de la Tierra cubierta en su mayor parte por el océano o áreas deshabitadas, y que la probabilidad estadística de un impacto en suelo en áreas pobladas era baja.

China también aseveró el mismo viernes que era «altamente improbable» que los restos del cohete causaran daños en su regreso a la Tierra, y que lo más plausible era que se desintegraran durante su reentrada a la atmósfera.En ese sentido, el experto ch

ino Song Zhongping comentó hoy al diario Global Times que es «completamente normal» que restos de cohetes regresen a la Tierra, lo cual es «una práctica común que llevan a cabo muchos otros países, como por ejemplo Estados Unidos». Según este diario, el cohete estaba compuesto de «materiales livianos» y que, por tanto, «era de esperar que la mayor parte de los restos se desintegraran al entrar en contacto con la atmósfera».

 

Foto: Reuters