Tras varios planteos de Brasil, Argentina aceptó la propuesta de reducir el AEC, manteniendo excepciones en sectores sensibles, como calzados, textil y automotriz.
La compleja relación que mantienen la Argentina de Alberto Fernández y el Brasil de Jair Bolsonaro tuvo este viernes una excepción: el anuncio del acuerdo para reducir el Arancel Externo Común. Ahora la propuesta debe ser aprobada por Paraguay y Uruguay y generaría una caída de 10% en los impuestos que el bloque cobra a las importaciones. La negociación fue intensa y extensa, por varios meses, con momentos de tensión que llegaron a amenazas con romper el bloque.
Una reunión en Brasilia entre el nuevo canciller argentino Santiago Cafiero y su par local, Carlos Alberto França derivó en el acuerdo que se anunció a través de un comunicado conjunto en las últimas horas de la semana. “El entendimiento alcanzado contempla las distintas necesidades de los países miembros, demostrando la capacidad del Mercosur para avanzar con vocación hacia la actualización y adaptación de su estructura arancelaria a las condiciones actuales del comercio regional y mundial en forma equilibrada respecto de las capacidades productivas del bloque”, dice un fragmento de esa resolución.
Aún resta discutir aspectos y detalles del acuerdo que todavía no se hizo extensivo a los demás socios. Esto ha sido tomado con cautela desde Uruguay, cuyas autoridades nacionales hasta el momento no se han manifestado. Argentina celebró las excepciones que logró mantener a esa rebaja, al tiempo que no se descarta que este acuerdo pueda generar modificaciones en disposiciones brasileñas vinculadas al turismo, que incluso podrían destrabar el impedimento para que Cruceros recalen en puertos extranjeros. Si eso sucediera, el beneficio también alcanzaría a Uruguay.