El Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), decidió ratificar este domingo la confianza en el cuerpo técnico de la selección nacional, encabezado por el maestro Óscar Washington Tabárez, hasta el final del proceso de Eliminatorias rumbo a Qatar 2022, con previa evaluación en noviembre, donde se jugará ante Argentina como local y Bolivia como visitante.

El principal argumento que primó, en base a cordura, apremio de tiempo, entre otros factores, luego de una reunión del día sábado que duró más de dos horas y media en el Complejo Celeste, fue que en 10 días hay que hacer una nueva reserva y convocatoria de futbolistas.

Tal y como reconoció el presidente Ignacio Alonso el sábado, tras la reunión en la concentración celeste, no se llamó ni habló con ningún otro entrenador, como se manejó de que Diego Aguirre era uno de los candidatos a comenzar un nuevo ciclo.

Sí se enfatizó en la charla, que el viernes postpartido con Brasil, Tabárez estaba con un pie y medio afuera de la selección. Pero era necesario, como no ocurrió en ninguno de los Ejecutivos anteriores, desde que Tabárez asumió en 2006, que se brindaran explicaciones del momento deportivo, el peor desde que el entrenador está en cargo, en base a planificación y resultados.

Solamente dos neutrales apoyaban la decisión de la continuidad como Matías Pérez y Jorge Casales antes de la reunión al 100%. Eduardo Ache y Andrea Lanfranco no estuvieron presentes pero apoyaron la decisión del resto de los compañeros. Fernando Sosa, Gastón Tealdi e Ignacio Alonso estaban dubitativos y querían escuchar al entrenador.

Tras el intercambio respetuoso, pero donde se marcó todo lo que había que decir, el domingo sobre el mediodía, los neutrales consideraron dar un voto de confianza y ratificar a Tabárez al frente de la selección.

¿Resultado y rendimiento? ¿Cómo es el análisis de cara a noviembre?

Si los resultados marcan sumatoria de puntos, aún así se juegue mal, respaldan la continuidad de Tabárez. Ni que hablar si se juega bien. Incluso, si se consiguen dos empates, raspando y metiendo más, también sigue.

Ante eventuales resultados que no conformen, como dos derrotas, hará repensar y replanificar, pudiendo perfectamente dar el cambio de timón. Además, el tiempo para un nuevo técnico es de dos meses y medio pensando en trabajar y eso es clave para el Ejecutivo.

La próxima fecha posterior a la venidera, es el 27 de enero con Paraguay en Asunción y el 1º de febrero en Montevideo con Venezuela.

¿Hubo participación de los jugadores?

La respuesta es un rotundo no. Sí existieron contactos de parte de Ignacio Alonso con Diego Godín, Fernando Muslera, Luis Suárez y Matías Vecino. Los futbolistas hicieron autocrítica. Los neutrales exigieron más compromiso ante la adversidad del resultado y no caer desde lo anímico, imagen que se observó ante Argentina y Brasil.

Para noviembre, es necesario que el cambio rotundo venga principalmente desde dentro de la cancha. Consideraron que puede venir cualquier entrenador pero si el rendimiento o lo mostrado sigue siendo igual, no tiene sentido.

¿Lugano fue llamado?

Tampoco. El excapitán de la selección nacional estuvo en Manaos con motivo del encuentro ante Brasil, y simplemente saludó a los integrantes del plantel, brindó algunas palabras tras la derrota y desde ahí nada más.