El presidente de Junta Directiva de la mutualista escribió una carta donde habló de su salud pero principalmente del momento que están pasando y los pasos a seguir.

Desde que los problemas financieros de Casa de Galicia salieron a la luz todo se volvió oscuro en los pasillos, habitaciones y oficinas de la mutualistas. Trabajadores que no obtenían respuestas, los socios que no comprendían la situación y la comunidad que la rodeaba veía como todo se seguía hundiendo.

Llegó la intervención del Poder Ejecutivo, algo que no cayó tan bien pero se creía que era necesario, pero igual no fue la solución. Después vino el cierre decretado por la Justicia, que lo hizo ante la «incapacidad del síndico» de poder ejercer la debida administración de la mutualista que hace más de 100 años está operativa en nuestro país.

Cuando todo parecía oscuro y sin salida, cuando la tristeza y los llantos se apoderaban de los funcionarios, apareció la administración de ASSE y del Ministerio de Salud Pública para poner cartas sobre la mesa, brindándole la «tranquilidad» a los trabajadores y socios de que iban a ser escuchados.

El dinero estaba, la atención también, pero hay un dicho que dice «el orgullo puede más», es así que la lucha lo cesó, porque todos los que forman parte de Casa de Galicia quieren volver a lo que un día fueron.

Es así que el presidente de la Junta Directiva, Alberto Iglesias, escribió una carta en un momento complicado para su salud pero con los ojos puestos en llevar a este «barco sin timón» a buen puerto. «Es a partir de ese momento que nos sentimos comprometidos a defender en todos los escenarios necesarios lo actuado por nuestra Junta Directiva durante todo su período de 36 meses», detalló Iglesias.

Luego apostó a como será el actuar de ahora en más por parte del sector: «Dejaremos en claro cómo encontramos a Casa de Galicia cuando asumimos y haremos conocer los nombres de quiénes fueron responsables, tanto directivos y funcionarios, de su endeudamiento y de su desorden de funcionamiento. También nos presentaremos a la justicia, quien como poder independiente, juzgará si no hay responsabilidades en el pasado y desde que sumieron estas autoridades que gobiernan la salud desde el 1 de marzo de 2020 que con sus omisiones y decisiones han perjudicado su funcionamiento hasta provocarle un daño, a nuestro entender, irreparable». 

Dentro del dolor e indignación que que se perciben en sus palabras hubo un pedido especial para el jerarca de nuestro país: «Deseamos profundamente que el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, pueda cumplir con su palabra de ayudar a Casa de Galicia y devolverla a los gallegos y sus descendientes. Sería muy duro para nosotros que así no fuese, por tener más de 104 años y por ser la institución más importante de afiliados gallegos en el mundo fuera de Galicia. Sería muy duro si perdemos un patrimonio de esta importancia, por una decisión difícil de explicar, cuando se aclaren los temas». 

Iglesias cerró sosteniendo el «orgullo de ser uno de los uruguayos y también gallegos que hoy están peleando por defender el gran patrimonio de Galicia «.

No sabemos cual será el final y como se va a seguir desarrollando estas diferencias, pero lo que queda en evidencia es la lucha que no cesa de una comunidad que no baja los brazos a pesar de estar en una situación que los condena.

Foto: FocoUy