Por Antonio Ladra, columna «Lugar a Dudas».
En la noche del domingo 27 se repitió la foto de la elección pasada del año 2019: festeja la coalición en detrimento del espacio de la izquierda. Pero hubo algunas diferencias, pequeñas pero significativas, aquella foto de noviembre de 2019 mostró a un Luis Lacalle Pou triunfante, exultante, pero no mucho, porque su rival, Daniel Martínez no reconoció esa misma noche el resultado y lo privó del festejo. En la del domingo pasado Lacalle ya estaba sentado en el sillón gubernamental y dio un mensaje cuando ya estaba seguro que había ganado, aunque hasta que habló no había recibido un mensaje del SI.
Luego de la conferencia de prensa del presidente Lacalle Pou Fernando Pereira se comunicó con el mandatario y le admitió la derrota. Igual no hubo festejo, hubo una reafirmación de un rumbo, hubo alivio y en todo caso lo festivo estaba en la calle. La imagen de un Lacalle ganador, por poco pero ganador, con Beatriz Argimón a su costado, con todo el equipo de ministros fue una imagen contundente, como para no dejar dudas de hacia dónde camina.
¿Qué otra foto mostró? La de siempre, la de un Uruguay sigue dividido en dos bloques políticos, como lo estuvo casi siempre desde que se lo conoce como país: Colorados y Blancos hasta la irrupción del Frente Amplio, que dio paso, primero al tripartidismo, para desembocar otra vez en el bipartidismo desde 1999 con el FA que creció sin parar hasta llegar al gobierno en el año 2005. En la elección pasada quedó plasmada también la foto geográfica donde se reafirma el poderío de la izquierda en la zona metropolitana: Canelones y Montevideo. En el resto del territorio, salvo Paysandú, la coalición gobernante es mayoría.
Y la izquierda, a pesar de perder, festejó, porque logró colocarse en el centro de la escena política y pasar a la ofensiva después de la derrota de noviembre de 2019.
Así, los dos tienen sus razones para leer el resultado en clave de victoria, al final es lo que tiene la paridad. El desafío de ahora es que esos dos bloques se escuchen lejos de los gritos de la campaña electoral, algo difícil, porque ayer ya empezó la campaña para el 2024.
En la víspera, por ejemplo, se pudo ver dos locales partidarios del Partido Nacional ubicados sobre 18 de Julio, uno en la esquina con Pablo de María, sede del sector de Jorge Gandini y el otro, pasando Martin C. Martínez, la sede de la lista 71, llenos de gente en sendas reuniones políticas: festejo, sí pero ya con mirada puesta en el 2024, sin duda.
Es que con respecto al balotaje 134.000 personas menos decidieron no votar: presentaran un certificado o pagaran la multa o esperaran la moratoria. El voto anulado creció un 2%, aproximadamente 40.000 votos respecto de lo habitual, ¿habrán seguido la recomendación que le hizo a los indecisos Carolina Cosse? Sumados estos dos comportamientos, hay un botín electoral que en una eventual elección puede otorgar dos bancas en el senado o definir una elección en un escenario.
¿Qué nos dicen esos 174 mil ciudadanos?: ¿quiénes son? ¿De qué franja etaria? Son desencantados con el sistema político, con las formas de ver la política, con la campaña, o simplemente decidieron no participar por la complejidad de lo que se planteaba?
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Foto: Federico Gutierrez / FocoUy