La región de Bucha amaneció teñida de sangre con decenas de civiles muertos y sus edificios destruidos.

Este lunes la región de Bucha, en Ucrania, pasó a ser una «ciudad fantasma» con sus edificios derrumbados y aproximadamente 400 civiles muertos en sus calles. La región fue liberada del Ejército Ruso, pero su ofensiva causó mucho daño, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Rusia de cometer «genocidio».

“Somos ciudadanos de Ucrania y no queremos someternos a la política de la Federación Rusa. Esta es la razón por la que estamos siendo destruidos y exterminados», declaró Zelenski.

En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por medio de su comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sostuvo estar «horrorizada» por las imágenes de los cuerpos. Además, pidió preservar las pruebas de las matanzas que se atribuyen al Ejército Ruso, según informó Infobae.

Por otro lado, el alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, dio a conocer a unos 300 cadáveres fueron enterrados en fosas comunes. La información que brindaron los servicios funerarios al diario ucraniano «Ukrayinska Pravda», fueron hallados entre 340 y 380 cuerpos sin vida, algunos con las manos atadas y heridos de bala en la cabeza.

Postura de Rusia

El gigante europeo negó las acusaciones y afirmó que durante las semanas en que el Bucha estuvo bajo control ruso «ni un solo residente local sufrió acciones violentas».

Siguiendo esta línea, el representante adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, pidió una reunión con la organización por «las atroces provocaciones de los radicales ucranianos en Bucha». Mientras tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dudó de la veracidad de las imágenes , y declaró que algunos materiales tienen «indicios de falsificación.

 

Foto: Reuters