Prevé una reducción del déficit a 3,1% en 2022 y 2,7% en 2023. Proyecta un crecimiento del PBI de 4,7% y 3,1%. La inflación esperada es de 8,5% y 7,3% en 2023.

La firma internacional Fitch Ratings mantuvo la calificación de BBB- de Uruguay y sostuvo que el país está respaldado «por un PIB per cápita relativamente alto, sólidos indicadores de gobernabilidad y fortaleza institucional evidenciada por una respuesta exitosa a la pandemia».

La calificación está restringida por perspectivas de crecimiento económico a mediano plazo moderadas, afectadas por desafíos de competitividad, una carga de deuda pública por encima de sus pares calificadores y sensible a los movimientos del tipo de cambio, además de una inflación persistentemente alta y una flexibilidad de política restringida por la dolarización, la indexación y la poca profundidad financiera, según consignó Fitch Ratings en su informe.

La firma internacional destacó que el gobierno uruguayo «está comprometido con las políticas para mejorar estas debilidades crediticias, pero enfrenta desafíos para mejorarlas». Fitch Ratings también señaló como un punto positivo que el déficit del gobierno central cayó al 4,3% del PIB en 2021 desde el 5,8% en 2020 y proyecta que el déficit caerá al 3,1% en 2022 a medida que el gasto por la pandemia y los ingresos extraordinarios garantizados para financiarlo se eliminen en su mayoría.

«La consolidación ha sido impulsada por ingresos fiscales resistentes que superan el crecimiento del PIB nominal, caídas reales en los salarios y pensiones públicas, recortes a inversión pública y un estricto control de otras partidas de gasto corriente», agregó. En ese sentido, dijo que espera que el PIB real crezca un 4,7% en 2022, luego del 4,4% en 2021 y por lo tanto supere sus niveles previos a la pandemia.

La calificadora destaca que el gobierno «ha logrado avances fiscales guiados por una regla fiscal modificada que incluye tres pilares: una meta de equilibrio estructural, un límite al gasto público real vinculado al crecimiento potencial (estimado en 2,1%) y un límite legal al financiamiento neto».

«El consumo se ha recuperado gradualmente, acercándose a los niveles previos a la pandemia respaldado por una continua recuperación del mercado laboral y a pesar de una caída en los salarios reales», indicó .

 

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