¿El “tiempo” con que medimos los fenómenos del universo es el mismo “tiempo” que gobierna nuestras vidas?.

El tiempo, tal como lo percibimos, es una sensación que está asociada a los fenómenos o eventos que vivimos, y por lo tanto, completamente subjetiva. El reloj neuronal que registra el tiempo durante las experiencias humanas, que está situado en lo más profundo del cerebro, al lado de la región que codifica el espacio, realiza el seguimiento del orden de los eventos vividos con una percepción que, en general, no siempre coincide con el tiempo del reloj. El cerebro no percibe la duración en el tiempo con las unidades estandarizadas de minutos y horas del reloj. La “firma del tiempo” en nuestras experiencias y recuerdos pertenece a un tipo diferente de temporalidad.

Hay una interesante curiosidad en nuestra biología. “Buena parte de las percepciones que tenemos son posibles gracias a receptores especializados de nuestro organismo que captan los estímulos externos y los convierten en señales eléctricas que envían al cerebro. Así, para percibir la luz o el color disponemos de los ojos y la retina; para percibir los sonidos disponemos del órgano de Corti en el oído interno; para percibir los aromas y sabores, las células especializadas en la lengua llamadas papilas gustativas; para percibir el tacto, las células terminales en la piel. Sin embargo, para percibir el tiempo no disponemos de ningún órgano especializado semejante a esos otros. No tenemos, por así decirlo, un reloj o medidor biológico que informe a nuestro cerebro del tiempo transcurrido, lo que complica nuestra comprensión de cómo lo consigue, sino quizá existen diferentes relojes que incluso pueden no estar sincronizados.”

Todo esto afecta también nuestras concepción cultural de la vida en tal medida que hemos asociado el concepto de eternidad con el de tiempo. La eternidad es precisamente la ausencia de tiempo, donde el tiempo no tiene sentido, no existe!. Entonces, ¿el Universo es eterno?: No. La columna del físico Carlos Vera presenta algunas respuestas que proponen un cambio conceptual en nuestra forma de percibir la vida.

Escuche la columna completa de Carlos Vera en Punto de Encuentro: 

Foto: Archivo Universal