Por Antonio Ladra
Erwin Parentini, alias «Coco», líder de la barrabrava de Peñarol, está recluido en un módulo de máxima seguridad del exComcar: el 25. En una requisa a su celda, efectivos de la Policía encontraron (según la versión de su abogado) o él entregó (según el fiscal) dos cartas con amenazas dirigidas al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y al director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Luis Mendoza. Por este hecho hoy será indagado por el fiscal.
Parentini fue condenado a 28 años de cárcel por ser el autor intelectual de la muerte de Lucas Langhain de 24 años, un hincha de Nacional que caminaba por 8 de Octubre, en medio de los festejos por un campeonato logrado por los tricolores a finales del año 2019. Parentini dio la orden desde una celda del Comcar.
A cambio de pasta base que le ofreció Parentini, Gaby Esteban Costa fue el autor material del asesinato y fue condenado a 23 años y su cómplice a siete.
En noviembre del año pasado, Parentini estuvo indagado por ser el autor intelectual de la tentativa de homicidio a un hincha del Flamengo tras la final de la Copa Libertadores. El currículo de Parentini es extenso, pero por sobre todo se entiende que este hombre tiene una gran ascendencia aun estando tras las rejas. Los hechos lo demuestran.
Ahora se conocen las cartas redactadas de su puño y letra. Y la lectura de la misiva, las palabras que usa, la redacción, más allá de si llegó o no a destino, revela que estamos ante alguien que ejerce un liderazgo también intelectual, al mejor estilo de Marcola el jefe del Primer Comando de la Capital de Brasil.
Que iba a aparecer un líder narco al mejor estilo Marcola, aquí en las cárceles uruguayas, era cuestión de tiempo. Es otro de los designios que se ha cumplido y que fuera advertido hace mucho tiempo atrás.
Carta uno:
“Ponete serio viejito que no andas con carros blindados ni mucho menos”. “Por más que vos te creas Batman, sos de carne y hueso, por lo tanto, te cabe plomo. No subestimes a los presos: como vos tenés inteligencia, nosotros también la tenemos. No les tenemos miedo. Solo pedimos respeto y que no se burlen de nuestros derechos, ya que no estamos en dictadura”.
“La violencia se combate con violencia y no nos vamos a someter. Lo único que están creando son vicios que a su tiempo verán los resultados que no va a ser nada bueno. Si bien estamos con muchos años de penitenciaría, hay muchos amigos, compañeros que ya se van en libertad, y van al mismo shopping que ustedes al mismo estadio, cine, rambla, etcétera. No nos subestimen, ya verán los resultados. Un saludo fraterno; hasta la victoria siempre”.
Carta dos:
Para el señor Heber y Mendoza.
Tarda, pero llega. En esta carta quería expresarme por lo que estoy pasando. Les habla Erwin Parentini, alias Coco.
Desde hace cinco años vengo viviendo acoso policial, aislamientos en todos los lugares de mi país, castigos falsos, represión, etcétera.
Si bien no soy un santo y me hago cargo de todo lo que hice, ya lo estoy pagando con cárcel. Me han transformado en modo bicho y pretenden que me comporte como un ser humano, aislándome de los presos, durmiendo engrilletado de pies y manos, reprimido con más de 50 disparos de bala de goma y muchas cosas más. No somos todos pichis como dicen; si bien los hay, tienen que saber discernir.
Si el hombre llegó a la Luna, imagínense un cerebro horas encerrado a lo que puede llegar.
Se los digo por experiencia propia.
El aislamiento de uno de la familia genera más violencia. No se olviden que muchos presos que son conocidos se van en libertad y van a los mismos shoppings, rambla, estadio que ustedes.
Coco.
En Brasil el Primer Comando de la Capital nació tras una matanza en una cárcel para mejorar las condiciones de vida de los presos y cuidan de su tropa sin que el Estado les haga competencia. Las condiciones de vida en las cárceles de Brasil son lamentables, inhumanas, pero también aquí en Uruguay, lo dice Parentini. Lo sabemos todos y eso es caldo de cultivo. Estas dos cartas de Parentini, más allá de la amenaza dirigida a Heber y Mendoza son una alerta que todo el sistema político y la sociedad deben atender.
En Brasil ante las nefastas condiciones de vida tras las rejas, los grupos criminales como el Primer Comando de la Capital representan a veces un cierto orden para los reclusos. Hay una ley del crimen no escrita que prohíbe violar a otros reclusos y faltar al respeto a los parientes de visita.
En las cárceles uruguayas no hay por ahora esa ley. Lo dijo justamente un integrante del Primer Comando de la Capital que fue asesinado tras las rejas en una cárcel uruguaya.
En una entrevista con el ex director de Convencía ciudadana Gustavo Leal, y que publicó en su libro Historias de Sicarios en Uruguay. Entrevistas y confesiones, Marcio Portes, apodado “Muito Loco”, dijo a propósito de nuestros presos: “Aquí nadie respeta a nadie. Aquí se pelean en las visitas, aquí no hay respeto cuando hablan. Aquí no hay respeto a las visitas, a los niños. Aquí son locos por el cuchillo. No respetan a nadie”.
¿Cuánto faltará para que haya orden criminal en las cárceles uruguayas? El contenido de las dos cartas de Parentini parece que dan pie a una respuesta que se debería atender: No somos todos pichis como dicen; si bien los hay, tienen que saber discernir, escribió.
¿Quién es “Marcola”?
Marcos Willians Herbas Camacho, conocido por los alias «Marcola» y «Playboy», ha sido el máximo líder de la organización más grande y poderosa de Brasil, el Primer Comando Capital (PCC), desde el año 2002. Marcola ganó reconocimiento en el mundo del hampa de São Paulo a finales de los noventa gracias a una serie de atracos bancarios, y luego fue ascendiendo en las filas del PCC. Aunque ha pasado la mayor parte de su vida en prisión, se cree que ha dirigido las operaciones criminales del PCC desde detrás de las rejas desde principios de este siglo.
Marcola, quien suele ser descrito como un «devorador de libros» y un «intelectual», ascendió rápidamente en sus filas. Bajo su liderazgo, el PCC se extendió por fuera de la prisión y comenzó a funcionar como una organización criminal cada vez más sofisticada, involucrada en lucrativas actividades ilegales, como el narcotráfico.
El grupo actúa como un Estado paralelo en gran parte del país, administrando justicia, creando empleos y ofreciendo protección frente a otras violentas organizaciones criminales rivales o frente a las fuerzas de seguridad del Estado.
Durante todo el tiempo que Marcola ha permanecido en prisión, ha seguido siendo el jefe máximo del PCC, a pesar de que ha sido puesto en total aislamiento en varias ocasiones. En febrero de 2018, Marcola fue condenado a otros 30 años de prisión por dirigir la red de abogados que ayudaba a intercambiar mensajes entre los líderes del PCC encarcelados y pagaba sobornos del grupo criminal a los funcionarios públicos.
Con su liderazgo el PCC se ha expandido y ha llegado a lugares alejados. El grupo ha establecido presencia en muchas zonas de Brasil, ha creado relaciones en casi todos los países de Sudamérica y ha generado vínculos con diversos grupos criminales europeos como por ejemplo el que tiene ahora con la Ndrangheta la mafia calabresa de la familia Morabito.
Escuche el informe completo del periodista Antonio Ladra en Punto de Encuentro:
Foto: FocoUy