Uruguay cayó 1-0 ante Irán en el marco del primer amistoso internacional de fecha FIFA, en Sankt Pölten, Austria, en un partido extraño, donde el equipo de Diego Alonso contó con gran cantidad de oportunidades y no logró capitalizar goles.

En el primer tiempo que se fue en blanco, Uruguay no logró imponer velocidad y le costó acomodarse. La salida de Ronald Araújo a los 40 segundos generó desconcierto. Facundo Pellistri recién sumó minutos tras su lesión y no estuvo fino.

Irán fue un equipo aplicado defensivamente, el sello de Carlos Queiroz, el nuevo entrenador con pocos días de trabajo. Faltó en ataque pero el encuentro le tendría en el complemento su premio al esfuerzo de la zona final.

El equipo de Diego Alonso con el ingreso de Nicolás De La Cruz para el segundo tiempo, fue más movedizo, no por banda, sino más por el centro y encontró un sinfín de posibilidades.

El arquero Beiranvand en primera instancia, y luego Abedzadeh, fueron los encargados de mantener el cero en su arco, por momentos hasta de forma insólita y con mucha fortuna.

Increíblemente, Irán llegó dos veces y en una desvío mediante, en Sebastián Cáceres, el remate de Mehdi Taremi, centrodelantero de Porto se colocó contra el parante izquierdo del arco defendido por Sergio Rochet.

Los cambios vitalizaron un ataque que estuvo dormido y casi sin incidencia en 65 o 70 minutos de partido, mientras la celeste tuvo pequeños desajustes que fueron determinantes.

En el balance general del encuentro, fue un buen partido de Rodrigo Bentancur. El primer tiempo de Mathías Olivera y el segundo de Federico Valverde generan tranquilidad. El de Real Madrid desmayó a los iraníes con sus tiros de media distancia.

Es la primera derrota de Diego Alonso al frente de la selección, que muestra que se puede caer ante rivales que son de menor calibre, pero que por algo están en el Mundial. Se deja un aprendizaje en el que no hay que dramatizar pero si estar atentos.