Los delfines es un concepto que en política se utiliza para señalar al elegido por un supremo. En tiempos pasados era un rey, y por ello el delfín era su príncipe, y hoy en política esta metáfora se emplea para distinguir al elegido por un presidente o líder que quiere dar un paso al costado en la carrera electoral.

La vida electoral uruguaya está llena de delfines. Los futuros aspirantes a presidente de la República buscan esa bendición desde el inicio de su carrera. Pero la elección de delfines a lo largo de la historia política en Uruguay no es una garantía de éxito. Más bien todo lo contrario.

Faltan un año,  cuatro meses y 29 días para las elecciones internas. El celular de Luis Lacalle Pou marca que hoy faltan 515 días para la primera contienda electoral del calendario de 2024. ¿Quién es la persona que Luis Lacalle Pou quiere que gane las elecciones internas de su partido? ¿Cuál es el candidato o candidata blanca que el presidente de la República apoyará para la interna? ¿Quién será su delfín?

Repasemos que ha pasado de la vuelta de la democracia en 1985 a la fecha, y quienes han sido esos delfines elegidos por los presidentes de la época. En 1989 el colorado Julio María Sanguinetti se preparaba para la primera campaña electoral en democracia. El batllismo no se definió y resolvió hacer una interna: Jorge Batlle compitió contra Enrique Tarigo, que era el candidato de Sanguinetti. Perdió el del presidente. Sin embargo solo obtuvo unos 2.700 votos más que la fórmula de Pacheco con un Pablo Millor como lo nuevo.

En 1994 dos figuras fuertes del herrerismo se presentaban como favoritas. Un emergente Alberto Volante que salía de UTE con su: “Manos a la obra”, y Juan Andrés Ramírez. Lacalle Herrera apoyó a Ramírez y Volonté fue quien ganó la interna blanca sin lograr el triunfo nacional y el poder volvió a manos coloradas. Alberto Volonté con Álvaro Ramos obtuvieron 301.698 (14,21 %) y Juan Andrés Ramírez con Juan Chiruchi 264.258 (12,45 %).

En 1999 Sanguinetti da su apoyo al sector al que pertenecía. El Foro Batllista que impulsó a Luis Hierro López. Jorge Batlle con la Lista 15 le gana la interna con un 54% contra 45% en una repuntada de atrás. En 2004 el Partido Colorado estaba muy complicado y obtuvo la peor votación de su historia. Batlle dio el apoyo a todos los ministros de su gabinete a que salgan a correr campañas futuras. En quien no había puesto muchas fichas fue en Pedro Bordaberry: un joven político que había sido ministro de Turismo, y fue él quien logró el mayor éxito en los años siguientes.

Tabaré Vázquez jugó fuerte en la campaña de 2009. Apostó por su ministro de Economía: Danilo Astori. Incluso con declaraciones muy fuertes contra el rival en esa interna del Frente Amplio a quien acusó de decir “estupideces” en algunas salidas públicas. Mujica triunfó en las elecciones internas y  en las nacionales, siendo un puntal de Vázquez para que vuelva a ganar la elección en 2014.

El fin de semana los blancos arrancaron su año político en el encuentro de La Paloma. La elección de 2024 tiene una particularidad muy similar a la del 94 cuando el Partido Nacional estaba en el poder: las figuras más fuertes que aparecen son de la misma ala: el herrerismo. “Yo no voy a cometer el mismo error que cometió mi viejo en el 94”, le dijo Lacalle Pou un año atrás a un importante dirigente blanco cuando le preguntó qué postura iba a tratar. 

Pero en ese momento había una sola figura que resaltaba y la elección parecía bastante sencilla. El papel de Álvaro Delgado en la pandemia, sumado a un sector muy poderoso como Aire Fresco lo posiciona con amplísimo favoritismo. 

Sin embargo, sí Lacalle Pou movió algunas fichas en reuniones reservadas para evitar competencia hacia Delgado, a quien muchos señalan como el delfín de Lacalle Pou. Concretamente le pidió a Laura Raffo, que mostraba intenciones de salir a competir a nivel nacional, y no limitarse a la capital como había sido el trabajo que le pidió el presidente. 

Pero eso cambió el año pasado. El presidente levantó ese pedido y dejó que Raffo salga más allá de Montevideo a trabajar en política y dejar libre su intención por una candidatura para la interna blanca de 2024. “Yo no puedo ir en contra de lo que marcan las encuestas, y Laura marca”, le comentó el presidente a una de sus personas de más confianza. 

Lacalle Pou no va a señalar a nadie. De hecho ya le avisó a quienes quieran que salgan a jugar: “Yo voy a ser el garante de una competencia ecuánime”, fue el mensaje que le pasó a la barra blanca. El presidente necesita una linterna potente en el Partido Nacional para que quien gane llegue con chances fuertes para derrotar al Frente Amplio y mantenerse en el poder. Si no pasa eso, sabe que tiene que pensar en volver al ruedo político desde el arranque. Porque aquella idea que tenía de no volver a ser candidato mirando el 2029 es una puerta que ya no está decidido a cerrar del todo.

Lacalle Pou no va a elegir candidato, pero algunos de sus más amigos y allegados van a dar señales. “Luis no va a elegir. Pero vos mira donde me paro yo y quizás ahí vas a tener alguna que otra pista”, comentó un hombre muy cercano al presidente.

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Foto: Dante Fernandez / FocoUy