En el predio del Castillo Morató -declarado Patrimonio Histórico Nacional en febrero del año pasado- UTE comenzó obras con el objetivo de instalar torres de alta tensión lo que generó daños y desprendimientos en algunos de los muros jesuitas que aún permanecen en el lugar hace más de 400 años.
La familia Morató advirtió a la empresa pública para que detengan la obra que atraviesa el predio, pero aún no obtuvieron respuesta favorable, por tal motivo, preparan una acción de nulidad ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo y junto a sus abogados evalúan recurrir al Ministerio de Educación y Cultura y el Parlamento.
Uno de los integrantes de la familia, Alfredo Morató, dijo a 970 Universal que detectaron “varios desprendimientos del muro producto de las grandes máquinas que han entrado para hacer las torres de ese trazado de 300 kilómetros”. Reclamó que “no se han tomado previsiones” y por esa razón, están “muy preocupados por los daños”, indicó Alfredo que es la cuarta generación de propietarios.
El Castillo Morató, se ubica al este del departamento de Paysandú, es una estancia de 3.175 hectáreas que perteneció al primer presidente constitucional de la República, Fructuoso Rivera. La familia Morató se hizo cargo de la estancia en 1889 tras la compra de Francisco León Barreto.
Las autoridades de UTE están en conocimiento de los reclamos de la familia Morató, según dijeron fuentes del ente a Montevideo Portal, pero evitaron realizar más comentarios. En tanto, desde la Comisión de Patrimonio, indicaron que todavía no tenían información, pero, sin embargo, consideraron que la situación denunciada es altamente improbable.