En mayo “se registró una pronunciada disminución de la conflictividad laboral”, de acuerdo un informe de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), tanto “a nivel global como sectorial, en comparación al mes anterior”.

Si se observa la tendencia de los últimos doce meses, es posible apreciar que el mes de mayo representa una conflictividad baja. En contrapartida, existió un leve aumento de la conflictividad si lo comparamos a mayo del 2022, puntualizó el informe.

Según el Departamento de Estudios Organizacionales de la UCU, “esta disminución del índice de conflictividad global se explica por la ausencia de paros generales en el mes”, pero si se tiene en cuenta la tendencia de conflictividad sectorial, es decir, excluyendo los paros generales, la misma disminuyó un 9.5% en relación al mes anterior.

En el presente mes se registraron 14 conflictos con interrupción de actividades de los cuales dos fueron ocupaciones, que se desglosan en: 6 paros en la educación que incluye una ocupación, 1 paros en la construcción, 3 en la industria, 2 en el suministro de electricidad y gas que incluye una ocupación, 1 en el transporte y almacenamiento y 1 en el comercio. Se involucraron en dichos conflictos 70.173 trabajadoras y trabajadores y se perdieron 57.918 jornadas laborables.

La rama con mayor conflictividad sectorial fue la construcción, que representó el 70% de la conflictividad del mes. En segundo lugar, se encuentra la “enseñanza” (16%) y en tercer lugar, se ubicó el “comercio”, con un 6% del total.

La principal causa de conflictividad fue “condiciones de trabajo” que representó un 41% de la conflictividad sectorial de mayo. En segundo lugar, se encuentra la causa “empleo” con un 32% y, por último, las “reivindicaciones salariales” con un 27% del total.

El informe señalan que “es esperable que, en el mes de junio, debido a un posible paro general de 24 horas, la conflictividad laboral vuelva a aumentar. Si se aprueba el paro, sería el cuarto paro general del 2023 y el tercero de 24 horas”.

 

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