Durante la transmisión del programa Santo y Seña del Canal 4, llegó una llamada a través del 911 donde se realizaba una amenaza de bomba al estudio televisivo, a lo que tuvieron que ingresar bomberos para certificar que no hubiese ningún tipo de amenaza.

Mientras el conductor Ignacio Álvarez se encontraba realizando el informe sobre “qué hay detrás del caso Penadés”, le comunican por interno la amenaza que recibió el canal, a lo que se negó rotundamente a no continuar con el programa, alegando que era una advertencia falsa.

El pálpito del conductor era el acertado, y luego de una tanda no prevista y la investigación en el lugar de los bomberos, la que descartó cualquier tipo de peligro, se continuó con la programación de manera habitual. 

El programa salió al aire en medio de las denuncias que recibió Álvarez, por parte de Romina Celeste por presunta “violencia psicológica” y la fiscal del caso Penadés, Alicia Ghione quien también denunció penalmente al periodista por extorsión, ambas causas se encuentran en manos de la justicia.