En Permiso para el Tablado se realizó un análisis en detalle de la canción final de Nos Obligan a Salir. El espectáculo se llama sed y el concepto aparece en cada rincón de la murga, desde los trajes, la iluminación, la presenta, los cuplé y la retirada, consideró Felipe Fernández.

Comienza con un recitado a dúo entre las Jimenas que nos ubica en una “esquina de esta enorme sequía”. El espectáculo invita, primero la definición de Sed, la RAE trae 3: Gana y necesidad de beber. Necesidad de agua o de humedad que tienen ciertas cosas. Apetito o deseo ardiente de algo.

Ganas, necesidad, apetito, deseo. Ahí se ubican los letristas para hablarnos de la sed. Dejamos de lado la cuestión más fisiológica para obviamente ir a la metáfora. La sed como condición, como parte de la personalidad y el desarrollo de una persona. Todos tenemos sed de algo.

Pero, la murga nos propone otro giro gramatical llamativo. Porque el Zurdo Bessio canta “tender puentes entre sedes” y en principio uno puede sorprenderse con el plural de sed, incluso preguntarse si existe tal cosa como el plural de sed, porque la sed es una sola. A ese tipo de palabras se le denomina Singularia Tantum, que es algo tan sencillo como que tantum quiere decir “solamente” y singularia “singulares” o sea sustantivos que carecen de plural.

En cuanto a la canción es más que adecuada, la original es de una cantautora alicantina llamada María Ruiz, la canción se llama Oye Mi Voz y casualmente es parte de un disco llamado Deshielo, hablando de sed.

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Foto: FocoUy